Retorno
La vida difícil de ser artista
Cecile Bouscayrol - Noviembre de 2014
Hace algún tiempo que deseaba iniciar esta sección Editorial con algunos
temas que me son importantes. La falta de tiempo y muchas veces la
conducción y escritura de las otras secciones de esta revista de
arte me lo han impedido. Hoy día quisiera recomenzar comentando a
Uds. amigos artistas algo que ya saben muchos de Uds., pero que muy
pocos comunican. La difícil vida de ser artista. Desde hace un largo
tiempo, he ido adquiriendo todos aquellos libros escritos por los
artistas los cuales relatan la vida y las penurias. He evitado muchos
otros de biógrafos pues estos están más implicados en el éxito
editorial que la verdad.
Ser artista no es un juego sino un compromiso con el sufrimiento y la
verdad interior. Muchos de los artistas que participan en estas
páginas han sido no solo seleccionados por su compromiso por el arte
sino igualmente una inversión total de sus personas. Según la
cultura y los lugares de origen ser un artista va muchas veces mas
allá de un combate personal sino una verdadera cruzada en favor del
arte, donde en compromiso es el respeto del arte y de sus expresiones,
y en el cual la vida está en la balanza. Hace algún tiempo, quise
lanzar una verdadera revista, independiente y impresa, para apoyar el
arte, y en esta acción casi desaparecí. He durante estos anos de
nuestra devoción encontrado numerosos artistas de gran talento y
dedicación a los cuales más que arte les hacen falta oportunidades.
Volviendo al sufrimiento de ser artista, creo que bien que los museos hoy en
día se jactan de poseer colecciones valiosas, muy pocos artistas
vivieron con decencia (para no decir otra cosa). Muchos entre ellos
superaron en sufrimiento y privaciones a muchos, bien que se les
imputa numerosos delitos y desviaciones como consecuencia de la vida
llevada. Podríamos hablar de numerosos artistas, entre los cuales un
Van Gogh, Gauguin, Modigliani que todos conocen, una Camille Claudel,
Frida Kahlo, un Nicolas de Staël, que naciendo en cuna de príncipe,
tuvo un vida llena de sufrimiento... La vida del artista no es lo que
muchos imaginan y nos envidian por la libertad de hacer, lo que
sentimos y deseamos hacer, es mucho sacrificio, sufrimiento, incluso
exclusión de nuestras propias familias por representar algo a los
cuales ellos no comprenden o que les molesta socialmente.
Hoy nada ha cambiado. El artista siempre tiene que justificar su
existencia para poder sobrevivir, se les pide que sea útil. Mejor ser un
maestro. ¿Artista? ¿Pero por qué? Muchos creen que un profesor no
debe ser un artista, en consecuencia no lo contratan para enseñar
las artes a los niños, lo discriminan, tiene que crear un taller
abierto al público con el falso pretexto de la venta. Las clases altas se agitan y sus artistas se
ofrecen todas las oportunidades organizadas por el mercado : salones,
residencias, ediciones... La competencia se estimula, arbitraria, desigual. Los artistas tampoco consiguen los puestos de trabajo
relacionados con la cultura, son para los políticos y sus amigos.
Por falta de dinero, hasta no puede exponer. Los más humildes se
encuentran aislados, abandonados. Sin hablar de la desigualdad de
género. No hay humanidad. Víctor Hugo escribió : "El enemigo
está en todas partes. Se llama la estupidez, la ignorancia, la
envidia, la indiferencia”.
Ser artista no es un juego, sino un compromiso con la creación y la
búsqueda de la verdad interior en la expresión del arte. Artista
orquesta o artista aislado y ermita que realidades tan opuestas.
Podría enumerar y clasificar a todos los artistas en grupos y
subgrupos incluso yo misma en alguno pero sin embargo son muy pocos
los cuales no han pasado por las dificultades de ser artista, ya sea
materialmente, socialmente, familiarmente. Ser artista es un combate,
que no siempre se gana, tantas veces se pierde no por fallar en la
creación y el compromiso sino en la lucha por descubrir quienes
somos, evitar lo ya hecho, y descubrir cual es nuestro mensaje de
Arte.
Hoy en día cuando la modernidad y la tecnología han poco a poco
impulsado nuestros medios de expresión un siglo atrás, y el
consumismo por lo fácil han hecho aún mas difícil nuestra
presencia en los muros, bibliotecas y otros lugares, cuando nuestra voluntad colectiva de actuar debería aún más
manifestarse. Creer en arte es un compromiso en el sufrimiento de ser
artista y dudo de aquellos que no pasen por esta etapa, pues
descubrirán que fueron solo representantes y panfletistas del afiche
reproductivo de la creación de otros. Ser artista es la expresión
única del ser interior de cada uno, copiable pero irreproductible.