Errupin Ibarra Aboitiz
Foto © 2013 Cecile Bouscayrol - Frente al "Juego de la humanidad"
Inicié mis trabajos de pintura en Cuenca Ecuador por los años 80, estudiaba mi doctorado en Jurisprudencia en la Universidad Estatal de Cuenca. Como tenía mucho tiempo libre, jugaba voleibol todos los jueves con varios Cuencanos, entre ellos el Maestro Pintor Ricardo Montesinos Vial, con quien trabé gran amistad y me enseño sus técnicas rescatadas de las pinturas rupestres. Me enseñó a hacer mis propios óleos, a usar pigmentos naturales y a usar la espátula. Montesinos me presentó a varios pintores Ecuatorianos, entre ellos a Oswaldo Guayasamín, con el que compartá cuando iba a Quito, ya que hice gran amistad con su hijo mayor Pablo Guyasamín. Así mirando y mirando un poco de cada uno de ellos entre los cuales estaba Carlos Catasse, gran amigo chileno que vivía en Quito y que ya nos abandonó.
Fotos © 2013 CB - Expo "La senda del chamán" : "juego de la divinidad" Óleo sobre tela.
Después de ejercer mi profesión, algunos años me fui a vivir a Quebrada Escobar a varios kilómetros al interior y donde vivo por más de doce años pintando y experimentando con óxidos, óleos y tierras que he traído de mis viajes entre Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Norte de Argentina, lugares donde coleccioné huacos, dibujos, fotografié petrogligos, jeroglificos y conviví con muchos pintores en su mayoría indígenas y con ellos me empapé con estas culturas tan interesantes. Frutos de estos viajes y sus imágenes fui dibujando lo que sentía, para finalmente trabajar estos últimos dos años en esta muestra étnica con muchos chamanes que siempre me llamaron la atención y con quienes conviví en el Amazonas, Alto Perú, Bolivia y el Norte Argentino.
Foto © 2013 Cecile Bouscayrol - Frente a "La Clava"
Mi trabajo es sólo con espátula y con mis propios óleos que fabrico en el campo, hirviendo grasa de animales en tambores mezclándolas con ceniza para fabricar el óleo incoloro que mezclo con los pigmentos obtenidos de tierras vegetales. Así voy obteniendo los colores que nunca son iguales, ya que se preparan en el momento. Después de pintada la obra, la cocino con fuego, con un soplete lo que hace que se impregne en la tela y que se fundan los óxidos, cambien de color y de textura. En fin, pinto dos veces, una con la espátula y la otra con fuego, esto ya que al estudiar las pinturas rupestres tan comunes en las cuevas del país Vasco y en otras partes de España como las de Altamira, se deduce que pintaban con las manos, con la grasa del animal, su sangre y pigmentos naturales y no se han borrado, por el fuego que había en las cuevas para el frío y para alimentos. Esto hizo que se impregnaran en la piedra, ya hago algo parecido pero en las telas, muchas se han quemado en este tiempo, pero algo he aprendido y ya me manejo. No he estudiado pintura, soy autodidacta y he aprendido con grandes maestros durante tiempo, observando y recibiendo sus conocimientos.
Errupin Ibarra Aboitiz
Foto © 2013 Cecile Bouscayrol - Expo "La senda del chamán" UVM Del 9 de julio al 12 de agosto de 2013