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MADAGASCAR Miora
Esfuerzo concertado de las madres de Atsimondrano

© MIORA

Madagascar. Cuando hablamos de nuestro país es fácil de resumir lo que sentimos en pocas palabras. Abusos, corrupción y poder, entre otros. Pero es sólo a través de los ojos de un niño que percibimos las sutilezas que toma nuestro diario, es así como la alegría, el amor y la paz toma forma en nuestro corazón.

A menudo, curiosamente, hemos descubierto a lo largo de los veinte años de vida de nuestra asociación, en realidad no es la pobreza que hace la gente infeliz ; el dinero es ciertamente útil, pero no trae más paz que pensamos. Es por esto que, más allá del deseo de apoyar a los niños y jóvenes de nuestra asociación en el entorno escolar y profesional, en particular, siempre hemos tenido la ambición de cultivar en ellos un espíritu de solidaridad y respeto hacia los demás. Queremos, sobre todo, hacer de estos niños ciudadanos modelos, ricos en valores humanas. Queremos hacerles entender que es esencial ser educados, pero eso no es suficiente, tenemos que mirar al mundo desde otra mirada observando en el diario las alegrías simples en medio de las hostilidades y la confusión que nos rodean.

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En la zona donde estamos, los niños no sólo están expuestos a la violencia doméstica, tanto física como psicológica, sino también una incertidumbre total en cuanto a su futuro e incluso a su devenir en su corto plazo. Entonces comprendemos mejor la concepción de la paz en los ojos de los niños que crecen en esas condiciones. La paz no sería otro que la simplicidad de su entorno de vida, la autenticidad de una sonrisa y, sobre todo, la alegría de compartir momentos inolvidables con los que amamos. Esta es la razón por la cual Miora tratando de mantener a estos niños en la localidad donde se encuentran (El área de intervención de la Asociación Miora abarca seis comunidades rurales en el sur de Antananarivo: Soalandy - Soavina - Ampanefy - Ambalavao), el éxodo rural sólo participa a aumentar la delincuencia en las ciudades y a corromper las mentalidades.

Obviamente vimos niños partir de sus familias, ya que, por lo general, ya no podían satisfacer las necesidades creciendo y, en consecuencia, tuvieron que enviar a ellos a ganar dinero en el mercado o trabajar como porteadores y fabricantes de ladrillos de construcción. Sin embargo, muchos quedaron, nuevas familias se unieron a nosotros y la asociación nunca paró de trazar su camino. Juntos, decidimos unir nuestras fuerzas y recursos para garantizar los derechos de nuestros niños, para que puedan crear un entorno estable para ellos sino también para los demás. La juventud es la fuerza, el futuro, la única esperanza para nuestro país ; necesitamos valientes ciudadanos plenamente conscientes de sus derechos y obligaciones.

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Por lo tanto, para 2015, Miora desea fortalecer y sostener los programas ya en marcha en colaboración con socios confiables que trabajan en el campo de la educación, la salud y el desarrollo de niños y jóvenes en dificultad.

Los años de experiencia vividos por la asociación, con 35 huérfanos bajo su responsabilidad, ayudaron a sus miembros a adquirir una buena comprensión de la importancia del bienestar de los niños, para avanzar en la sociedad. Por lo tanto, nuestro objetivo es que puedan abrirse al mundo, mientras mantienen sus propios valores.