El extasis del zapato libertino y el reloj
Ejemplo de texto, del 21 agosto. Les habitants des hauts plateaux craignent que le projet ne les prive de leurs ressources en eau. | Chile/Cecile Bouscayrol
- “El extasis del zapato libertino y el reloj dando las horas que no habrán mas de volver”
- 2014
- Óleo sobre tela
- 120x152 cm
- ©
En esta obra tomo como referencia el cuento de la cenicienta para abordar varios puntos como son el fetichismo del pequeño zapato de cenicienta como símbolo de la delicadeza, pureza y virtud de la buena mujer. En contraposición con una mujer segura de si misma (posiblemente etiquetada en la sociedad como liberal, fuera de los parámetros) esta mujer en lugar de huir de la fiesta de forma sumisa como lo hace cenicienta, utiliza el zapato como una copa para tomar el vino y disfruta de la compañía del hombre que le gusta, sin esperar a ser salvada por un príncipe de ensueño que le exige o espera de ella determinadas conductas sociales, para considerarla una mujer apta para que sea su pareja.
Por otro lado abordo el factor tiempo en la mujer. Que esta simbolizado en una serie de relojes, números, esferas... ¿Por que la cenicienta tiene una hora limite para abandonar la diversión de la fiesta? ¿Que nos dice esto? A mi entender los relojes, el limite del tiempo tiene que ver con la presión social que tenemos las mujeres en relación al reloj biológico... La sociedad determina cual es la edad adecuada para casarnos y reproducirnos. De igual manera nuestro cuerpo biológicamente tiene un limite de edad para concebir. Sin embargo ¿que tan importante es para cada mujer concebir y ser mama? Si le quitamos la presión social y los valores atribuidos a la mujer como madre y esposa como culminación para que la mujer se sienta realizada. Posiblemente si se quitara esta presión social la mujer se dedicaría mas a disfrutar cada momento de su vida, su sexualidad, su vida profesional, cada recorrido y así tomaría decisiones mas conscientes y de acuerdo con su esencia y deseo individual y no tanto colectiva como suele suceder.
Enviuado por
Niurka Guzman Otañez