Grabador en Uganda
© Paul Ssendagire
Érase una vez en Uganda, el grabado ocupó el asiento de atrás de otras formas de arte, la pintura era la disciplina dominante - como la mayoría de las exposiciones de arte lo demuestran-. Pocos artistas se han identificados al grabado por razones que nunca conoceremos. Pero todo esto es ahora una cosa del pasado, los artistas emergentes se expresan cada vez más gracias a esta maravillosa forma de arte, y en consecuencia lo revolucionan. Hoy día, el grabado es casi equivalente a la pintura y otras artes igualmente importantes. De estos responsables que hacen girar la rueda de la fortuna del grabado hace parte Paul Ssendagire. Su pasión por la originalidad y sutileza se desarrolló lentamente pero seguramente alojada en él como una fuerza cuyo futuro prometedor en la cultura visual moderna de Uganda está casi asegurado.
Al principio, antes de la impresión, el grabado no era considerado como una forma de arte, sino más bien como un medio de comunicación. No fue antes del siglo XVIII que los tirajes de arte comenzaron a ser considerados como originales y no antes del XIX que los artistas comenzaron a producir ediciones limitadas y a firmar sus impresiones, así como informaciones técnicas necesarias para autenticar el trabajo . El grabado encuentra sus raíces en el arte rupestre, ejecutado en las piedras, los huesos y las paredes de cuevas. La duplicación de imagenes existe desde 3.000 años en los sumerios quienes grabaron diseños en los cilindros de piedra. Los eruditos creen que los chinos producieron una forma primitiva de impresión, el frottage, desde el segundo siglo después de Cristo. Los japoneses hicieron las primeras estampas autenticadas, calcos de bloque de madera de amuletos budistas a mediados del siglo VIII.
El arte del grabado en Uganda no es muy viejo, se inició en la década de los 1960 por los profesores coloniales en la escuela de arte Makerere pero casi desaparecio en el caos político de los años 1960 a 1990 . Sin embargo, este arte fue restablecido en los años 90 y actualmente corre a toda velocidad. La xilografía y el linóleo, que Paul Ssendagire trabaja, son técnicas utilizadas por la mayoría de los artistas de Uganda. La impresión en relieve es el método de grabado el más antiguo y más simple, la superficie de impresión puede ser tan pequeña como una patata, un trozo de madera, artesanía de la madera o linóleo grabado. La superficie superior es entintada con una tinta de espesor utilizando un rodillo, preservando las áreas excavadas limpio. Ssendagire utiliza la madera para grabar luego transfiere sus dibujos sobre el papel.
Quizás lo más interesante en los grabados de Ssendagire es su teoría de los colores y su preocupación por las temáticas. Sus obras se caracterizan por extrañas figuras humanas con un solo ojo cercanas del surrealismo de la década de los 1920 que se inició en Francia-. Los ojectivos artísticos del movimiento eran de aprovechar el subconsciente como fuente de creatividad. Los artistas utilizaron la yuxtaposición de objetos inesperados o temas, perspectivas y parpadeo raro, figuras distorsionadas y objetos para transmitir una atmósfera de fantasía o sueño. Ssendagire toma de esta ideología y crea su propia versión de las figuras estilizadas que suelen ser absorbidos por diversas actividades. Si no se van a caminar, subir a los árboles o coquetear. Otra característica de su arte es su capacidad para representar composiciones con un estilo bastante teatral. Sus personajes cuentan historias con un sentido del humor y su propósito. Esta representación del drama está marcada por la aplicación de una variación de colores intensos y sutiles. En algunos casos, llega a ser emocional y aplica colores psicodélicos y en otros que escoge colores agradables y alegres. Tal es el ambiente impredecible de los grabados de Ssendagire que permite casi siempre sorprender al observador.
Nathan Kiwere