Sabine Delahaut
Foto Fabienne Petitjean © Sabine Delahaut
El gesto del grabado, el que deja una huella que se revelará ser un relieve tangible, una pequeña ampolla en el grano del papel, como un hilo puesto, me fascina. Es un gesto antiguo, simple y hermoso. Yo privilegio el buril en lugar de la aguafuerte (no me gusta el lado aleatorio y lo uso solo para trabajar los fondos), ya que me permite controlar mi tema del principio al fin. El buril empuja la línea hacia adelante, extiende el tiempo en un gesto hipnótico, tranquilizador. A veces es necesario bloquear su respiración para maniobrar una placa de gran formato porque es siempre la placa que está se mueve y da el movimiento a la línea y no el buril. El grabado es una pasión ... la del cobre virgen y lleno de promesas que se ofrece generosamente al ataque de las herramientas y que me encanta acariciar incesamente para verificar la ausencia de asperezas o para llenar sus huecos blanco de España y así revelar el dibujo en cuanto a su aparición. El grabado es también la pasión por los bellos objetos que son las herramientas y el gesto de su afilación.
© Sabine Delahaut - Izquierda a derecha : buril, buril, rascador, bruñidor, ruleta y punta seca
Me encanta esta noble vieja dama que es la prensa, aliada imponente hecha de engranajes, de rodillos y placas. También me gustan las palabras del grabado: tinta, aceite, papel, grano, filigrana, raspador, herramienta para desbarbar, ruleta, buril, punta seca, muselina, espátula, limpiar, pañales, cuna, fantoma, tiraje, prueba... como estos perfumes de talleres y las tintas calentadas... el grabado es arte confidencial, discreto y silencioso que implica compartir conocimientos y transmitir. El grabado es mi refugio.
© Sabine Delahaut - Buril sobre cobre
Trayectoria y técnica
Después de un primer enfoque a las artes visuales aprendiendo la pintura al óleo, poco a poco me volví a las técnicas de la obra gráfica, especialmente la litografía y el grabado sobre cobre.
Pero me fui de nuevo a cero cuando, por primera vez en 2006, tuvé un buril en la mano. Dejé mis prejuicios y la poca certeza que yo tenia, avanzando en un territorio desconocido, confiada sin embargo.
Por lo tanto, la línea llegó a ser omnipresente en mi trabajo, como un eco en mi formación inicial como costurera, con el hilo conductor nos lleva de una etapa a la otra ... punto por punto.
© Sabine Delahaut - Posición del buril en la mano
El gesto de la lama cortando el cobre, premeditado crea el tiempo, estirandolo suavemente pero con firmeza. También lo suspende cuando se repite el tallado, hipnótico y reconfortante de surcos en el cobre, se revela aquí, un vellón chacon, aquí un pelo en el viento, aquí aún la materia de un corsé constrictor.
También, llenar de tinta estos surcos para transponer en la hoja virgen es un acto similar al de coser o tejer, es una resurrección, la excavación de un recuerdo enterrado ...