Señuelo

Sabine Delahaut

• “Señuelo”
• 2009
• Buril y punta seca sobre cobre
• 45 x 35 cm
• ©

Sí, su trabajo es una invitación a imaginar, a soñar, a reír, a ser sorprendido. Delahaut no muestra, su arte se expresa en la sutileza elegante de la evocación, los matices de la sugestión. Me encantan sus grabados en rojo en los cuales cada línea tiene la formidable palpitación de una vena. Hay en ella un gran sentido de la metáfora y un arte del significado escondido, es una heredera de los surrealistas belgas también. Lo maravilloso es en su obra. A ella le gusta repetir las formas, repetirlas con modificaciones, trabajar al mismo tiempo en la serie y la originalidad, la perseverancia y la transformación. En ella hay barroco, pero un barroco extraño, un encuentro increíble de la profusión y del ascetismo.

Se encuentra el ornamento sin el núcleo a menudo, el adorno sin el ser adornado. Algo del cuento vive en su obra, así como la terca presencia del animal (que ama y por los derechos del cual milita incansablemente). Creo que, en cierto modo, la presencia del fantástico es evidente en la obra. A través de este sobrio barroco e insólito, original y encantador, en este lugar identidades mascaradas, del secreto y la revelación, de la fantasía y el fantasma, de la feminidad elíptica, de la relación singular entre el ser humano y el animal (la humanidad del animal, la animalidad del ser humano), descubrimos el universo fascinante de una poesía visual sutil y poco común, algo como esto el maravilloso regalo de un arte depurado fantásticamente complejo.

Denys-Louis Colaux (II)