Retorno
Los puentes de París vistos por los pintores
Celebrados por su encanto, los puentes de París han inspirado a los artistas. Sus representaciones pictóricas forjan una cara nueva de la ciudad. Los pintores son testigos del rol de los puentes en un entorno urbano y dinámico. Seguiremos su mutación a través de la mirada de tres pintores franceses del siglo XVIII.
© Alexandre-Jean Noël "La punta de la Isla de 'la Cite' vista del Santo Nicolas"
Pese a que la ruta es el principal vector de circulación, la administración favorece a los ríos durante el siglo XVIII. Se usan para el cabotaje y el transporte de numerosas mercancías. Las actividades en las orillas de la Sena se multiplican como se puede constatar en la obra de Alexandre-Jean Noël (1752-1834). La punta de la Isla de la Cité vista desde el puerto San-Nicolas demuestra el dinamismo de este puerto de antaño. Estaba situado en la orilla norte, entre el Louvre y la Sena. Se desembarcaban y clasificaban las mercancías del cabotaje. Después se controlaban y pesaban por el jefe de obra antes de enviarlas por carretillas con nuevo destino. Podemos ver al fondo el Puente-Nuevo, único puente de París que no tenía casas desde su edificación. Del otro la de la Isla de la Cité, la misma actividad se desarrolla en los muelles. Pierre-Antoine Demachy (1723-1807) en su Arzobispado, el puente de la Tournelle y el muelle San Berardo visto desde el Hotel-Dieu muestra un muelle de tierra entre barro y rió más popular, ocupado por embarcaciones de fortunas.
Los puentes de París son espacios de perpetuos remodelaciones. En esta ocasión los habitantes pueden admirar el trabajo del ingeniero y del arquitecto. Hubert Robert (1733-1808) en El despegado del puente de Neuilly, pintado en 1772, presenta la fuerza necesaria para modificar un puente. Es con cañonazos que se corrige el edificio. Evoca la potencia de demolición de las cimbras de madera que sirven de apoya a las doveladas de los arcos del primer puente de Neuilly. La luz, situada en medio del cuadro, ilumina la desaparición estrepitosa de las cimbras, la última cimbra que subsiste en el arco izquierdo. Es la última etapa recorrida de cimbras que relata. La caída de las cimbras no debe empujar demasiado los pilares, sino dañararía el edificio. Celebra así el genio de las innovaciones arquitecturales elaboradas por el Cuerpo real de caminos, canales y puertos por su vista transversal del puente.
©Hubert Robert "La demolición de las casas del puente Notre-Dame en 1786"
La destrucción de las casas de los puentes de París es la operación más representativa por su amplitud. Hubert Robert y Pierre-Antoine Demachy relatan cada uno a su manera este cambio urbanístico espectacular. La destrucción de las casas del puente Notre-Dame en 1786 de Hubert Robert representa una obra del cotidiano sin espectador. Las mujeres continúan lavando sus sábanas en la Sena mientras los obreros desarman las casas piedra por piedra. La obra es monumental y abre una nueva perspectiva para el puente Notre-Dame. El rey ordena la demolición en 1786 pero se acabó sólo en 1808 durante el Imperio napoleónico. La Vista del muelle de Gresves desde el puente al Cambio, al momento de la demolición de las casas, realizado por Pierre-Antoine Demachy en 1788. Se ve al fondo el muelle Gresves, construido en 1642, sobre una serie de bóveda del río, así que el puente Notre-Dame ya libre de casas.
© Pierre-Antoine Demachy "Vista del muelle de Gresves desde el puente 'au Change', al momento de la demolición de sus casas"
© Pierre-Antoine Demachy "Capricho arquitectónico"
Espacio de vida, espacio de espectáculo, el puente es también espacio de fantasía arquitectural. El ejemplo del Capricho arquitectural : un Palacio, inspirado del Louvre, y el Puente-Nuevo, encuadrando el arco de un puente de Pierre-Antoine Demachy, denota del poder evocador de los puentes de París. Están perfectamente integrados al imaginario artístico de su realidad, aquí se reconoce el Puente-Nuevo, y su estética idealizada, el arco abriendo una perspectiva. El puente participa entonces a la elaboración de una arquitectura sonada e idealizada de una vida parisina pacífica.
Las múltiples facetas de los puentes de París crean una dinámica común. La fascinación de los pintores por estos lugares famosos de arquitectura en mutación continúa alimentando la pintura hasta hoy en día.
M.A Romieux
© Pierre-Antoine Demachy "Arzobispado, el puente de la Tournelle y el Quai Saint-Bernard visto desde el Hotel Dieu"
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