Artículo

50 jovenes poetas de Chile

INDICE

Sobre la presente recopilación

  • Gaspar Bert
  • Cristián Cruz
  • Paulo Huirimilla
  • Felipe Moncada
  • Marietta Morales
  • Elizabeth Neira
  • Andrés Anwandter
  • Óscar Barrientos Bradasic
  • Camilo Brodsky
  • Julio Espinoza Guerra
  • Carlos Henrickson
  • Leonardo Sanhueza
  • Katty Alanís
  • Gustavo Barrera
  • Karen Devia
  • Lila Díaz
  • Pablo Maire
  • Rafael Rubio
  • Marina Tapia
  • Antonia Torres
  • Alejandro Zambra
  • Damsi Figueroa
  • Juan Eduardo Díaz
  • Alejandra González
  • Carolina Mayerovich
  • Fernando Navarro
  • Galo Ghigliotto
  • Marcelo Guajardo
  • Claudio Gaete
  • Ernesto González Barnert
  • Carmen García
  • Héctor Hernández
  • Paula Ilabaca
  • Felipe Ruiz
  • Víctor Munita Fritis
  • Óscar Petrel
  • Gladys González
  • Marcela Parra
  • Marcela Saldaño
  • Roxana Miranda Rupailaf
  • Pablo Paredes
  • Diego Ramírez
  • Enrique Winter
  • Karen Hermosilla
  • Úrsula Starke
  • Cristóbal Malebrán
  • John Uberuaga
  • Andrés Florit
  • Alberto Cecereu
  • Vicente Rivera Plaza

Sobre los autores

Antologías consultadas

Sobre la presente recopilación

Este trabajo fue pensado, hace algunas semanas, como una ordenación personal del conocimiento disciplinario; nada más. Pero pronto percibí la posibilidad de ser publicado en alguna parte, sobre todo cuando en mi país se carece en la actualidad de interés o gusto estético. Este conocimiento, está claro, debe entonces transmitirse y mantenerse, como patrimonio, en los pocos espacios que, en nuestros días, se reservan para la cultura. De allí esta suerte de pequeña antología.

La muestra incluye a cincuenta poetas menores de 40 años, con libros editados y actual vigencia en el discurso literario nacional. Es simbólica, en el sentido de no corresponder con exactitud a una realidad más amplia y certera, cuyos límites los determinará la historia. Como proyecto, entonces, esta visión es necesariamente incompleta y sujeta al error histórico –y también geográfico- de más de alguna inclusión en definitiva innecesaria. Son cuestiones de apreciación, por cierto.

En la necesidad de establecer un panorama en desarrollo, esta selección se refiere al trabajo de autores nacidos a partir de 1973 y hasta 1986. Este grupo no es unitario, de ningún modo. Desde ya agrupa dos grupos etarios que militarán, como habrá de demostrarlo la historia, en promociones diversas. Los mayores, digamos desde Gaspar Bert y Cristián Cruz hasta Alejandro Zambra y Damsi Figueroa, conforman la sección más joven de la Generación del 96; salvo Leonardo Sanhueza, quien por obra y desarrollo aparecerá en la posteridad junto a Germán Carrasco (1971), Christian Formoso (1972) y Javier Bello (1972). Los más jóvenes, en cambio, entre Galo Ghigliotto y Héctor Hernández hasta Andrés Florit, Alberto Cecereu y Vicente Rivera Plaza, aquí considerados, pertenecen a una cohorte cuya marca inicial se ubicará con claridad en la primera década del milenio y alrededor del año 2010.

Y si el año de nacimiento, la edición y la vigencia han sido elementos fundamentales en la construcción de la muestra, el lector comprenderá entonces las ausencias, algunas notorias y otras no tanto, de autores de su preferencia. Algunos autores no registran publicaciones (salvo error u omisión, por supuesto) en la última década. Es el caso, entre muchos otros, de Karen Toro (Valparaíso, 1980) y de David Preiss (Santiago1973) o, en extremo, el de Alfonso Pinto (Vicuña, 1977 -2006) quien opta por el suicidio sin haber editado libro alguno –lo que nos obliga a una investigación más detallada- y posiblemente, la situación de Alfonso Grez Subercaseaux (Santiago), cuya fecha de nacimiento no figura en ninguna de sus publicaciones o referencias. Y hay otras ausencias que, pese a la cercanía, no fueron consideradas por razones de espacio y distribución geográfica. Pienso en Alejandro Banda (1976), por ejemplo, y de tantos autores destacados por las muestras consultadas -de Concepción, Valparaíso, Santiago, Copiapó o Punta Arenas- quienes, por razones de espacio, fueron víctimas de una muy subjetiva selección.

Sin duda la elección del año 1973, como determinación biográfica, es algo más que simbólica. El violento golpe de Estado y el inicio de una larga dictadura a partir del 11 de septiembre de ese año, marcó una frontera ineludible en todos los aspectos de la sociedad chilena. Por cierto el hecho histórico responde a una política internacional, que afecta a buena parte del continente americano, en materias de orden económico y de dominación, y no es una mera expresión de una conducta propia que no ha sido, para nada, muy pacífica.

Una clara consecuencia de este corte es la delimitación de la Promoción Universitaria del 65 -cuyos poetas aún están vigentes- generada en torno a los grupos Trilce, de Valdivia –en torno a Omar Lara (1941), creador y gestor de la revista del mismo nombre que por más de cuatro décadas aparece hoy en plena producción- Tebaida, de Arica, y Arúspice, de Concepción. Este grupo continúa a la importantísima Generación del 50 en Chile.

No existe, en consecuencia, una clara Generación del 70, como podría habérsele bautizado en este país. El largo y desperdigado silencio que le continúa sólo viene a ordenarse hacia fines de esa década, con los Encuentros de Arte Joven de la Municipalidad de Las Condes, organizados por Francisco Javier Court en 1978 y 1979, y la aparición de los primerísimos libros de ese entonces: los casi secretos de Juan Luis Martínez, La nueva novela (1977) y La poesía chilena (1978), los bien promocionados y tal vez los mayores de Raúl Zurita, Purgatorio (1979) y Anteparaíso (1982) y, sin duda alguna, mi modesto Perro de Circo (1979). Valga también la señalización del año para recordar la aparición de la Nueva Joven Poesía en Chile, del poeta y cantautor Poni Micharvegas, que apareció en Buenos Aires bajo el sello de Ediciones Noé.

Esta promoción es la inmediatamente anterior a la de los presentes autores. Una nueva generación comienza a brillar tras el retorno a una supuesta democracia, hacia mediados de los años 90’s. La aparición de dos señeras antologías establecen sus inicios. Por una parte encontramos 22 voces de la novísima poesía chilena (1994), de Carlos Baier y Cristián Basso, y la ya determinante Poesía chilena para el siglo XXI, de Mario Andrés Salazar, Floridor Pérez y Thomas (Tomás) Harris, la primera financiada por el Instituto Nacional de la Juventud, y la segunda editada por el departamento de Coordinación de Extensión y Comunicaciones de Dibam (Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos). La antología intentada tres años después por Francisco Véjar trabaja sobre elementos ya determinados.

Los presentes autores comienzan a editar, en su mayoría, en la primera década del milenio. Salvo plaquettes o publicaciones de adolescencia (Carlos Henrickson en 1991, Gaspar Bert –o Felipe Hernández- y Julio Espinoza Guerra en 1995, Andrés Anwandter en 1996, a guisa ejemplo) los principales libros ven la luz entre los años 2000 y 2005. Es posible, entonces, proponer que esta generación del 96 tenga plena vigencia hasta alrededor del año 2010.

Una nueva agrupación, o forma de enfrentar el discurso literario nacional, comienza a circunscribirse en torno a los poetas nacidos en la década de 1980. Dos cuestiones, tal vez muy borrosas aún, a causa de su cercanía, inciden en la propuesta. Por un lado el mayor y mejor uso y manejo de los elementos electrónicos que esta revolución industrial nos proporciona ahora y una abierta rebelión frente al establecimiento de las vanguardias –digeridas por el academicismo teórico y el comercio en boga- indica a los más jóvenes la búsqueda de nuevas formas de expresión. Movimientos como el de Descentralización Poética (generado en la capital como reacción al discurso indicado) o el más elitista Santa Rosa 57, la proliferación de editoriales cartoneras y el regreso, casi imperceptible, a ciertas formas anteriores de construcción textual, nos proporcionan las primeras señales. E, indudablemente, toda esta desconfianza y el abierto rechazo hacia las formas tradicionales de expresión social que genera –tanto hacia los partidos políticos, como a las cuestiones de género y a la institucionalidad «revolucionaria»- responde a un mismo principio. Su lectura está la vista y es de cargo nuestro; no habrá disculpas por caso de error.

La cincuentena de poetas esparcidos en estas páginas representa solamente una visión sectorial o personal del fenómeno; una suerte de «lo que se tiene a mano». Chile es un país demasiado extenso para su población, con una distancia superior a los cuatro mil quinientos kilómetros entre la nortina Arica y la sureña Punta Arenas. Y, además, a causa de un centralismo endógeno (el país semeja un territorio ocupado por la ciudad de Santiago) sufre de incomunicación extrema, fenómeno que se ve aumentado por una total y, al parecer, definitiva ausencia de referencia crítica, tanto en la prensa escrita como en el mundo académico. Ignorante o desinteresado en la producción en actual ejercicio, el foro no es ajeno a la dictadura del mercado impuesta en el país a partir de 1973. Frente a este panorama, el mundo virtual resulta casi el único puente entre el escritor y su mañoso lector.

Sin embargo, en el armado de esta selección han contribuido las generosas antologías a mano, que se detallan al final. A sus autores, en el mismo silencio que nos acompaña en nuestra biblioteca, como a este organismo editor y a los poetas y lectores del género, vayan mis sinceros agradecimientos.

Valparaíso. marzo de 2012

Gaspar Bert (1973)

Arcoiris

Gargantas silenciadas.

La lluvia oculta tu tristeza con el velo de su risa.

Las gotas se van, se confunden

evocan el dolor de mi distancia.

Y las manos y los besos sin sosiego

que fundieron nuestra canción

caen también por aquellos hilos

ahora que todo huye

y el llanto es silbo de las aguas en el agua

surcando tus mejillas hasta el suelo.

Correrán mientras la lluvia dure.

(De Reflejos del aire)

Los cachorros

Pendenciero y malhumorado, terminarás en cualquier rincón

adornado por miradas de desprecio y manos fugitivas.

Pero te lo has buscado:

te tumbarán sin mayores motivos

boca arriba

para que el rocío lave tus labios

y tu mirada como dos monedas de oro sean robadas al día.

(De Návatar)

La masa

Allí las partes

componen aquello de fondo vasto

en apariencia cierto

y sin ningún motivo:

lo negativo en dirección opuesta

al centro en el centro la mitad.

Estos los racimos

se alzan y cobran fama.

(De Bajo el sol de las cosas)

Cristián Cruz (1973)

Mis manos buscaban desesperadas

Una garza se desploma en el aire

alarga el disparo en su vista perdida

el cazador sólo ve por unos segundos

la neblina de su pecho deslizada en la comarca.

Truena en los terrones su abismo forzado

ella imagina el árbol de la antigua casa

y el graznido se revuelve tímido en sus ramas ya

desaparecidas

nadie jaló el gatillo

porque no hubo gatillo

fueron mis manos aturdidas

buscando un poco de cielo.

(De Pequeño país)

Brote tumbado

Es el aliento de la tarde

su ocre ha regresado a limpiar los cuadros

a hundir el balde en el pozo.

La cesta extrañaba tu brazo

y el huerto se estremecía recordándote,

qué será pequeño brote tumbado

trasciende el granado, canta la tarde.

(De La fábula y el tedio)

Canción de las nubes por el poeta muerto

Nubes desechas sangran por él

quien se amó en ellas

como en el camastro los amantes torrenciales

que al fin se marchitan

/y se desgastan.

Las impenitentes nubes van mejilla con mejilla

cara a cara con la mortaja

y reptan, se deshacen y se inmolan sobre la colcha silenciosa

/del cadáver.

Dentro de la escena

una nube baja y se arrastra sobre el mármol

del otro lado unos labios desechos

cantan en el abismo.

(De Reducciones)

Paulo Huirimilla (1973)

Espero la llegada de un gran espíritu

He bajado del sueño.

Hoy es noche de oscuridad y los árboles no se trenzan,

las aguas se detienen en el musgo

y tú no brillas como antes, Witranalwe.

Reflejo tu ausencia en los párpados

del lucero.

Que los ríos vuelvan

como lágrimas de otros ríos.

(De Los cantos ocultos)

Callejeo a la manera de Sergei Esenin

Soy el escudero de la aldea

véanme entrar a casa

Ni un mendrugo de pan en la mesa

el terno planchado a rayas

sin arrugas la camisa

un poco de sangre en el pecho

y esta espada vieja que al sacarla

de su funda

brilla aún la luna en su filo.

Cuando voy al pozo en que caen ciruelas

coloco una piedra como un maíz duro

debajo de la lengua.

De noche suele acompañarme el Lázaro cojo

y bebemos sopa de zapatos.

Soy el escudero más oscuro de mi aldea

En mí los espejos se tuercen

brillantes por desta estrella en mi frente

Por allí callejeo con desta chala

y un abrigo negro

Ella obsérvame con sus grandes ojos de búho blanco

-hay una distancia entre su vacío y mi silencio-

más pronto llegará la muerte a terminar este vino

hagan fiesta hay harina y cebollas bajo la horca.

(De Cantares)

Felipe Moncada (1973)

Incertidumbre

Para navegantes cuyo mar es geometría

la isla de Utopía no tiene coordenadas claras:

al soñar con ella los muros se derrumban.

Al edificarla se deconstruye.

Y al guiarse por la narración de Moro

lejos de encontrar la isla

el navegante se condena

al mundo de la caverna

a reincidir en metáforas marinas

a equivocar el camino

por exceso de simetría.

(De Carta de navegación)

Pastoral

Jabas de cerveza y skate

como elementos de ritual

desenfreno de botellas calientes en la llanura

espuma en el torso lampiño, levadura, cebada.

Suben a la meseta en oruga todoterreno

monociclo

trascendental

sacerdotes a mear en el matorral, viento

de tres mil años barre cielo

de horizonte a cenit, azul.

Y los muchachos en cielo espartano

repiten baile bárbaro sin saberlo

círculo y lucha grecorromana como disfraz

del manoseo

quiebran botellas y rayan rocas

con la caligrafía del chivato.

Ebriedad en la tropa -rompan filas-

y los pendejos

buscan cometas cortados en los bordes

de un cráter

ajenos al rito, suspendidos en el aire.

(De Río Babel)

Marietta Morales (1973)

Carta abierta a Serguei

En la pista de aterrizaje,

caminas ansioso

en busca del olor del habano

de la vieja Cuba.

Como el sentir de la médula

de millones de hormigas que pululan

en los pasillos gélidos,

de esos viajeros eternos

que llevan a cuesta

el madero de su cruz,

que arde en la inmensidad del mar,

sobre la línea horizontal

de tu mirada.

Se cruzan

los campos imperfectos

de la creación.

Las turbinas de los aviones

encienden los motores de esos alientos

casi divinos,

que se balancean

en el árbol del poder

en las noches póstumas

después del tornado que emanó

del pararrayo

en la vieja biblioteca.

Elizabeth Neira (1973)

Amor mío

Ante tus constantes dudas e imprecaciones,

qué te puedo decir...

Sí,

me gusta que me la metan,

hasta el fondo,

con fuerza,

infinitas veces,

como un taladro fuera de control.

Es verdad que quisiera que una verga monumental y pétrea,

más grande y dura que la tuya,

me partiera en dos.

Hasta la más sucia de tus suposiciones es cierta.

Amor mío,

Ante tus constantes dudas e imprecaciones

¡Qué más te puedo decir!

(De Abyecta)

Algunas consideraciones acerca del estado del arte en Chile

Amor mío,

debo confesarte

que

los poetas, en general,

no todos, claro,

lo tienen

chico,

pero entusiasta.

los pintores

en cambio,

lo tienen grande y gordo,

pero débil como una ballena agónica, varada en una costa equivocada,

Los milicos y los pacos,

Imagino,

lo deben tener duro y arqueado,

como sus corvos,

El tuyo mi amor, en cambio,

es hermoso como un arcángel,

Pero está lleno de veneno.

(De Abyecta)

Andrés Anwandter (1974)

El árbol del lenguaje en otoño

Haber recorrido en espiral la enciclopedia

para encontrar en su centro el otoño,

esa palabra que aún no alcanza a articular

un solo verso que por fin te describa.

Y tu retrato se deshoja en la memoria

como un tomo desencuadernado y viejo.

(De El árbol del lenguaje en otoño)

Charla

Porque ya no queda mucho

que ocultar, somos secretos

cuando hablamos.

Las orejas

bien abiertas y los dientes

asomados, en señal

de confianza.

Allanamos

las cuestiones, los caminos

con cautela.

Nuestra charla

lleva voces camufladas

que en el humo las narices

no disciernen.

Encontramos

el fracaso, donde todos

los demás han fracasado.

(De Especies intencionales)

Óscar Barrientos Bradasic (1974)

Vocación de náufrago

Coloco estos versos en una botella de plástico

y los arrojo al río

como el náufrago de los relatos,

con la esperanza incierta

que algún merodeador de las orillas

encuentre en su interior

este sueño sucio

el cadáver de mi sombra

descomponiéndose en tinta.

(De Égloga de los cántaros sucios)

Schopería con vista al río

Como si verte fuera delito,

mujer,

me ofreces este schop con agua

mi jardín colgante de Babilonia en cada reino de viernes.

Otros clientes del Zurich son menos complacientes,

y desgreñados como libélulas sarnosas

ni miran la mesa contigua.

Me esmero como un cirujano miope

en explorar la antropología de mi memoria,

se parece a esas ensaladas con tomate y cebolla

que me eran repulsivas

en la infancia.

Así va la cosa, intercambiar sonrisas vacuas

cuando la noche está fría en Magallanes,

e río ruge tras el bar como un látigo de orina,

es de pronto una voz que sustituye la vigilia

del ahogado,

para terminar en el sitio donde

se doblegan

los tumultuosos, los innegables, los señeros,

yo suelo ser el primero en rendirme cuando el río

para bajo la ciudad.

(De Égloga de los cántaros sucios)

Camilo Brodsky (1974)

non plus ultra

Soy el non plus ultra del fracaso y me pregunto

de qué hablan los poetas cuando no hablan de sí mismos

esas rosas son mentiras los amores son mentiras las mentiras son mentiras

son excusas de sí mismos son excusas de sí mismos son figuras

reflejadas en sí mismos en sus cuerpos en sus dudas en sus glorias

soy el non plus ultra del fracaso u los poetas

se desnudan como impúdicos pendejos en sus textos

se destazan a destajo se hacen vacas

que no mugen sólo pacen en los ganchos de la Vega

Soy el non plus ultra del fracaso y nuestros textos

se desviven se desdicen se retuercen el los bares

se encandilan los poetas con la imagen de sí mismos

crean circos y las pistas de esos circos las ocupan

en hablar hasta caerse de borrachos de sí mismos

(De Las puntas de las cosas)

Frankenhausen, 1525

Hay una ronda de ácaros en mi garganta

esperando el fuego

Su ritual de paso es la hoguera;

otros prefieren las decapitaciones o los

empalamientos. Cualquier cosa que tranquilice

la bilis de los señores agitada,

indignación por la revuelta

absurda de sus pobres

Hay una ronda de ácaros en mi garganta

Silos donde el grano se comienza a corromper y las azadas

vuelven al lugar oscuro desde el que vinieron a estos campos.

(Tomado de la revista www. Cinosargo)

Julio Espinosa Guerra (1974)

Medianoche

El gallo habló a la medianoche

con un lenguaje surgido bajo los álamos:

nos queda poco tiempo

las nubes negras asoman tras los mares

el gusano lame las rodillas del enfermo

y Aquiles vuelve a enfrentar el ruedo

para mirarse morir

en las pupilas sangrantes del Minotauro.

(De La soledad del encuentro)

Voz tercera

No puedo descansar en esta habitación.

Mi lecho

ya sin mujer

se presenta como a mano abierta del verdugo

el cubo mágico del destino

que muestra sus caras a la desdicha:

aquel viejo salón de las apuestas

que convoca a os cuerpos

como el dios de la fecundidad

Me atormentan los rostros que reflejan los cristales:

mujeres corriendo hacia el sepulcro

fantasmas del paraíso.

El dolor es una escama de hielo

atravesándome verticalmente.

Todas las carreteras desembocan en esta habitación

todos los caminantes se dan cita

alrededor de una mesa negra.

Soy esclavo de las imágenes del sueño

de la felicidad inalcanzable que proyectan las fotografías:

un desterrado en las minas de diamantes

que frente a sus ojos

ve la falsa destrucción de Sodoma.

(De La metamorfosis de un animal sin paraíso)

Carlos Henrickson (1974)

XV.

Todo blues encubre una gran trampa. El compás repetido

no dice lo que dice: la voz podría mascullar una pura

blasfemia completamente consonante y no diría más de lo que

no dice. Porque cómo, cómo decir, cómo

traer de vuelta a guitarrazos esa comunión muda, ese

nosotros encerrado entre muros: no es posible. El trayecto

del recuerdo es tan falaz como creer

que un oscuro blues callejero ocupa un lugar

en la música, en ese solitario desfile inútil

de las esferas: preferible saber que es un trayecto falso; que la escena quieta

de tu sueño y mi velar no es evocable, que sólo se puede

vivir nuevamente más acá de la letra o el sonido, quedarse

allí, y no hablar, no hacer canciones

sobre eso. Recoger sólo

la letra que quedó bailando en una esquina, que le da al punto

de cruce entre dos caminos algo parecido

a la realidad. Ilustración a lápiz de un viejo

songbook, echada al azar por un oscuro

funcionario de imprenta.

XVI.

Se supone que hay una historia

que contar, algo con principio, con una secuencia, y que llamará con

voz melosa a la palabra siempre si se sigue

el desarrollo patético de un viejo poema. Porque ay el tiempo

es un problema: entender el rugir de los autos, la cerveza

en el vaso que se va sin notarse,

todo el orquestar de un mundo y los aplausos y los

abucheos. Escribir sobre la detención, esa figura

ciega, intempestiva, no es labor de estas

épocas: para qué, sino

para perder el tiempo volviéndote a traer a este lugar

en que no estoy; para qué, sino para

perder el tiempo, este desfile de insectos que la tinta

realiza; para qué nosotros aún retenidos tras los muros

de una casa vieja con el pleno

relámpago del progreso tronando sordo

afuera, sino para perder el tiempo

a manos llenas.

(De An old blues songbook)

Leonardo Sanhueza (1974)

RENÉ CHAR ENAMORADO DEL LOBO

Un día René Char se mira en la laguna

y deja transitar el lirio por su frente.

La Medusa iba vestida de blanco

pero más atravesada.

Así es este amor,

.......... la sombra del arco y la lira,

rodando y sin romperse.

Gota de mercurio sobre el niño

para marcar el pulso de la naturaleza

cuando conduce a René Char desde la orilla

..........a la fiesta de las cascadas.

Nos abraza el petirrojo

y vuelve a su ventana.

El paisaje era sólo un paisaje.

Lo mejor era soplar sobre los nidos.

(De Cortejo a la llovizna)

El mar

El ave final es el mar. La tristeza

trabaja en su fondo, recoge

parte por parte la herrumbre del tesoro,

jóvenes hollejos, citas, puñaladas,

niños traviesos, generales,

amantes sin labios ya para besarse,

techumbres, palomas, salones

traídos de Francia, olas de cristal

quebradas por un grito de espanto, piedras

forradas en hombres, la víctima

con el rostro del victimario,

el desayuno de hierro y el pez

que no perdona.

El ave final es el mar.

Aquél. Y este que me dice:

-También yo

soy fénix. El trabajo de mi ceniza

es la tibieza de tus manos.

(De Tres bóvedas)

Katherine Alanis (1975)

Carta a los televidentes

A

Es terrible hacerle caso a Less Murray

y contar lo que tu escuela le hizo al mundo,

dejar que esas cosas estallen contra los cercos

claveteados. Es terrible no porque no queramos

desnudarnos ya que es difícil

sentirse cómodo flotando nuevamente

en el bajo vientre. Sino porque sabemos

que el mundo y sus oídos no es un garage, ni

menos una caverna.

Ahora nuestras piezas con sus paredes pegadas a

nuestra piel, no se diferencian mucho de la caja

negra de cualquier teatro, y dan ganas

de arropar las ventanas y cubrir lo que de afuera

nos avergonzaría.

El bien común no existirá nunca

y a nuestro modo tropezaremos.

E

La boda de unos primos

la familia reunida

los brillantes colores sobre nuestros cuerpos.

Horas antes alguien lloraba sobre mi hombro

porque no quería ir sola al baile

y su llanto era el de una cenicienta

y yo entro en esta historia como una especie de hada

con calabaza, no hay relojes, sólo la imposibilidad

bailará con nosotros.

Él intentará acompañarla

vestirá forzosamente un traje

su mujer imagina los labios brillar por la gelatina de

las luces, pero sus ojos no están en parte alguna.

Cada segundo empuja a alguien en el mundo

hacia algo que no puede soportar.

Sobre una mesa los restos de pan

intentando sujetarme.

En el baile mirarán las otras mesas

tirando el mantel para sí mismos.

(De Peces en la tele)

Gustavo Barrera Calderón (1975)

Palabras al cierre

Los nervios marcan las aristas

transmiten la evidencia

y se extienden en forma de abanico

El impulso nervioso es recibido

«hasta la vista, baby»

(De Exquisite)

El curador de arte recomienda vida social

No es posible vender una obra de Marcel Duchamp

si Marcel Duchamp no tiene nombre ni presencia

El curador se llama Enrique se llama Hugo se llama Dios

El curador tiene un nombre que lo identifica y relaciona con los demás

En el periódico, el curador entrevista

y el artista dice arte

En el cocktail, el artista dice arte

y el curador ríe a carcajadas

¡Más vino para el artista!

La camarera llamada Alicia ofrece una copa de vino blanco

¿Más vino para el artista?

El camarero llamado Adorno ofrece una copa de vino tinto

¿Más vino para el artista?

(De Adornos en el espacio vacío)

Preparativos

Durante la grabación los extras hombres y mujeres se ocultan

el director da las indicaciones con un megáfono

Se inicia el movimiento

hombres y mujeres recorren en diferentes itinerarios un espacio

abierto

vuelven al lugar de origen

ingresan y luego regresan

se oye un ruido

un grito de horror

(líneas equivocadas)

Sus pasos dibujaban líneas equivocadas.

(De Creatur)

Karen Devia (1975)

Debiste haberme publicitado más, corazón

mis pestañas merecían otra cosa

un poemanuncio, por ejemplo,

a lo Lira

o un inserto en El Mercurio

el de distribución nacional por supuesto

alguna cosa de esas, corazón.

Debiste haber hecho, por último,

una rifa en Plaza Echaurren

Si hubiera sabido que no ibas a cobrar nada

que me ibas a tirar como regalito pascuero

hubiera escogido otro representante

uno que me hubiera amado

al menos

(De Corazón)

y llovió

sospecha el cuervo

de su potencial presa

tanto como las ideas

sospechan de la buena suerte

una vez deformadas las alas

un par de horas caen sobre el arpegio

corre la presa sobre la arcilla

frente a mil caras

con mil risas

mil ojos

mil cejas

mil dientes

y una que otra náusea

le dijeron que ese día

lloverías

y llovió

(De Escritos de Culpa)

Lila Díaz (1975)

Primera jauría

Insidiosa intensidad del cuerpo

una rosa la miel los vientos

jaurías furiosas

la presa y el cazador a la deriva

jugueteando en el ojo

en el arma que es cuerpo - cuchillo.

El vicio el que se escribe

salpica tu corona esa espina

besan tus labios

somnolientos traidores

No maldigas el canto del cielo

ruge envaina esa espada

en el botón de rosa

que ahuyenta la noche.

Segunda jauría

Una mal nacida

no es la frente o el árbol

son jaurías avanzando desde adentro

hacia adentro

Mal de ojo es el brillo

en la mira del arquero

(De Léxico Fuego)

Paulo Maire (1975)

Hemos

Lo nuevo en raíz,

con agua turbia o cierta,

abraza los lentes que nos separan.

Aquellos lápices ebrios

escriben mal el género de éste, su varón,

en un mundo de peajes

donde el antihéroe no puede entrar a vestirse.

Hemos dicen

y tapan la cara esas antiguas con sangre muerta.

Al menos son valientes las lunas

que van contra la pared

hacia el lado de la mano alzheimer

que mete su llave en el espejo

y adivina la edad de la edad.

(De Escribí estos versos de espalda)

Rafael Rubio (1975)

Pero sucede I

Pero sucede que no hay niños por las calles

Pero sucede que los niños desaparecieron

bajo la lluvia que cae en Budapest.

Pero esta ciudad no se llama Budapest

porque no hay forma de salvarse en Budapest.

Porque no hay forma de amar en Budapest.

porque hay niños que mueren y no hay nadie

y hay mujeres que mueren y no hay nadie.

Hace tiempo que no hay nadie en Budapest.

Y los perros ocuparon el lugar de los niños

en esta ciudad que no es Budapest.

(De Madrugador tardío)

La mesa

La mesa está esperando la comida.

No vienen los eternos comensales.

Se está quedando sola y aburrida

mirando los oscuros ventanales.

Hay una sopa triste que se enfría.

No hay rastro de la abuela ni señales

del padre o de la madre o de la tía.

Del hijo no se sabe. ¡Desleales!

Se fueron quizá dónde. Así es la vida.

La mesa mira sillas irreales.

Se está quedando sola y aburrida

mirando los oscuros ventanales.

(De Luz rabiosa)

Marina Tapia (1975)

Poema frente al día

Tengo un poema gris en la garganta,

seco papel que estorba

el acto de tragar un mundo amable

y aunque cito a Valente

no me llega su luz.

Es fantasma guardián de fantasmas.

Tiene peso de réquiem

por la mujer

que hacía

un telón para un cuerpo perdido.

Imposible ser vista, ser oída, ser libre

cuando el muerto y su miel continúan zumbando.

Y no importa que enfile

nuevos verbos, trajines de letras...

Un puñado de versos no apaciguan el día.

Retrato

(momentos antes del flash)

Estoy nerviosa,

puede ser impreciso el ángulo, el enfoque.

¿Acentúan las luces mis defectos?

Y puede ser que yo

-que me figuro llena de preguntas-

hoy sea capturada

con una inclinación hacia el vacío.

Prefiero que mi rostro no delate

absurdas vocaciones.

Hay que borrar la estela que persiste,

que deja la nostalgia en las orillas.

Pero, si no soy yo, mejor, no me retrates.

Los ojos que me aman

han de verme.

Antonia Torres (1975)

Advertencia

No se debe traspasar el sueño con el rayo de la espada

ni tampoco someter a juicio la poesía de los camaradas

Remover los dormideros con asuntos inoportunos

como es la crítica

es encender la luz del velador y volver inefable el sueño.

Déjese en paz musitar los febriles delirios

No sea que el amanecer sorprenda al demonio partiendo nueces.

(De Las estaciones aéreas)

Un rostro es un rostro en París

Campos Elíseos, Parque Luxemburgo

Sagrado Corazón

un rostro que espera es el tuyo y el mío

entre amapolas de todos colores

rostro que añoras

rostro de culpa y madre

rostro de gente en el metro

silentes y abstraídos

el rostro que enfrentan y niegan

rostro del padre muerto

el del esposo, la hija

que cruzan el parque, entre follaje y estatuas griegas.

Un rostro es el rostro

del hambre y del miedo

el retrato de la niñita que está por nacer

su estatua futura en el lápiz de un artista callejero.

El rostro es la foto que sacas en medio del tumulto,

entre tus cosas

escarbas

el tesoro como botín de guerra

y lloras.

(De Orillas de tránsito)

Alejandro Zambra (1975)

Viaje de Laertes

Mi equipaje ya está a bordo.

Adiós, hermana mía.

Cuando los vientos sean favorables

y el barco seguro,

escríbeme.

Y si en mi ausencia tienen lugar

los tiempos difíciles,

guarda estas palabras en el fondo de tu pecho:

Hermana,

ofrece tus cicatrices al viento

recuerda los espasmos del océano

respeta el tronco del árbol caído

(duerme, la noche siempre llegará a la misma hora).

Si es necesario que regrese

será para traer un gesto de neblina

entre los ojos.

Será para relatarte

el pasado del mar.

Y entonces

volverás a encontrar

el lugar de tu ventana.

Volverás a ser

el reflejo de una lágrima

entre las olas

de la tormenta.

(De Bahía inútil)

Damsi Figueroa (1976)

Nahual

Cierro los ojos y veo dentro de mí los ojos del animal

Soy un poeta nocturno

En mis ojos fosforece una visión

Rondo el fuego

Los grillos no adivinan mi errar entre las piedras

Rondo al hombre y lo desconozco

porque toda transformación impone un segundo de ceguera

Desconozco al hombre y a sus cantos

Mas veo en el humo ascender una a una sus plegarias

Voces que se alzan entre los planetas

Voces que dejan caer su sangre sobre los incendios

Yo acuno mi canto entre mis garras de animal

Mi canto atado como la piel a su destierro

Mi canto terrestre

siempre muere

frente a un muro atropellado por el día.

(De Cartografía del éter)

Muelle de Tomé

Hacia dónde, dónde la cabeza de pez que lleva

sobre los hombros y bajo la lluvia el más ciego de los hombres

viejo cuerpo de cera que se arrastra impiadoso de sí

Hacia dónde los miembros que se desgajan como un racimo de pasas

Hacia dónde el hambre y el polvo

y para qué.

(De Cartografía del éter)

Juan Eduardo Díaz (1976)

Esa mujer no lee poesía

¡Ah!

que tus dagas de papel cortan mis manos

contaminan mi sangre

y excitan envidioso el verso.

Maiakovski

algún día el roneo de mis libros

gastará tu nube arrebatada al hombre,

sanguinarias calas negras

esperarán fuera de tu nicho

y definitivamente la mujer del teléfono

lamerá mis labios,

desnuda hojeará algún poeta ruso

sin leerlo

porque ella no sabe de poemas,

ni siquiera sabe que hay poetas rusos.

(De Ángeles ebrios)

Los claveles no huelen a cementerio

No sé cuál será el día al borde de los huesos

continuados uno a uno atrozmente

como anaqueles invisibles, algunos recuerdos

se descuelgan atacando florestas, mansedumbre

que asusta al amanecer.

Los claveles no huelen a cementerio. El abedul

llora imitando a un sauce, es que al fondo de la tumba

hay un charco de agua. Pero no te preocupes, vidita,

que son los cementerios los que huelen a claveles.

(De Claveles)

Alejandra González (1976)

Que mi nombre no se haya dicho nunca

Reconstruir mi anonimato

no haber dejado costras

o trozos de mi líquido

guardados en alguna cama

Ni palabritas mías escritas en los cuadernos de nadie

No haber provocado ninguna sonrisa

Que no se me haya tenido ninguna ropa

ni conocido algún nivel de amor

Desaparecer así

como si no me hubiese nacido

(De La enfermedad del dolor)

Sácame a dar una vuelta

Sácame a dar una vuelta

una vuelta larga

de ésas que no se sabe bien cuándo se vuelve

de las de atardecer

que no me signifique doblar en ninguna esquina

que tenga siempre que ir caminando en una

interminable rotonda

inútil

Sácame a dar una vuelta donde mis pasos no vayan a ningún lado

donde no aproveche de comprar algo

donde no me encuentre con nadie

Sácame a dar una vuelta

un ratito

un ratito que demos vueltas

alrededor de este cuerpo

vacío

(De revista Vela al Viento N°13, México D.F., 2009, «Poesía chilena reciente», Enrique Winter)

Carolina Mayerovich (1976)

Soy

el fantasma que dejaste

en el Terminal de buses

camino al desierto.

Tus pensamientos fueron quedándose en la copa de los árboles

anidando como pájaros rabiosos,

vi a través de tus ojos un futuro que no me pertenece.

Hincada sobre mis recuerdos, viajo a visitarte.

Hay días en que puedo verte sentado sobre una copa vacía.

El moho se asentó en la espera

Te fuiste sin zapatos

(la abuela dijo que era mala suerte)

La herencia fue un agujero en el pecho

(De cicatrices y otras huellas)

Fernando Navarro Geisse (1976)

Los habitantes del fuego

I

El fuego y su espejo lleno de vértigos.

Sus tigres y ciudades

sus dagas y edificios.

Una multitud de rostros

pasea sus ojos afilados frente a las sombras.

El fuego está lleno de habitantes.

Ríen a la mitad de su destructora pureza

hambrientos de oxígeno y materia.

Llenan de visiones

a los asombrados hijos del barro.

Buscamos su peligroso amor y su limpio veneno

nos emborrachamos con la danza de sus músculos

azules y amarillos.

Pero no sabemos nada de los habitantes del fuego.

(De Los habitantes del fuegos)

Galo Ghigliotto (1977)

De Aeropuerto

(fragmentos)

en el cruce de caminos habita el vacío

hacia el que no caemos sino peor

somos transportados automáticamente a un punto inexplorado.

imagino que tienes la capacidad de abducirme hacia diferentes películas

que me raptan sin intención alguna sin siquiera conocerme

esta dimensión que me invento se cruza a veces con la tuya

como aviones que pasan de un lado a otro formando asteriscos

mientras somos el ojo que puede ver cualquier cosa menos a sí mismo

y enfrentamos con estoicismo el dolor que produce

ser órganos que se miran

el interior de cuerpos que se alejan

(...)

el problema de fondo decías es que tú eras europea

y yo un indio que había muerto poco después de a492

yo decía que tú eras una puta y yo un imbécil

pero siempre hallabas la forma de mover un dedo

y hacer que todos los aviones que se acercaban dieran giros en el aire

antes de aterrizar en forma perfecta

a eso le llamabas poesía y me tragué esa palabra como un hueso

que había sido hecho para completar mi garganta

Marcelo Guajardo (1977)

Lechuza

i

En los recodos donde se contrae el tiempo su hueco arriba

de las vigas del invernadero en silencio cuando las hojas oscurecen

el techo transparente del tragaluz a la vida vuelve, de su maleficio.

El entrecejo circular se eriza ante todo cuanto se aproxime

el grano derribado y minucioso, aquel frenesí recolector.

Los dados ya están echados para los desprevenidos.

Sólo a ellos se les ha dado la certeza de una muerte sin anuncio

mientras recogen lo necesario para la sobrevivencia

vendrá la garra del aire o de la tierra

en el descanso o en la intensidad

cuando la vigilia amaina adentro

en su ceguera.

ii

Otras cosas vendrán tras de ti amotinado

la mañana de la recolección ocurrirá lo que esperas

el vuelo de la lechuza vigilante de tus silbidos.

Permanece de pie querido amigo

allí en el efímero barro, te aseguro

el agua devolverá a los muertos

tu y yo les daremos sepultura.

(De Un momento preciso para el exilio)

Claudio Gaete Briones (1978)

UNA POÉTICA DEL MERODEO, pensé

como si lo mejor de nuestra película ocurriera durante los

comerciales

Pedro Villarroel tocando el acordeón a las dos de la mañana

cuando no somos dos precisamente-

Así pues, todo animal busca en su guarida

lo que una charla de bufidos en tu corazón.

Lárgate si lo deseas, pero no olvides llevar la piedra de la mentira

como quien dice jamás veré porno infantil o un snuff

y al fin se anima, confiando que más tarde alargará el

cubrecama

hacia la izquierda, hacia el mar medicinal de lo incomunicable

Pedro nos habla sobre ser un río y yo no vi nada al interior de su

tango

aún no estaba borracho tal vez

aún no estabas tú.

(De El Cementerio de los Disidentes)

Schibboleth

-por eso pude hablar

de las palomas

Si la boca habla y no este poema

si habla tu boca siempre desnuda

tal un coigüe inmenso en la hoja que cae

todo tu cuerpo está en tu boca.

si entonces tú me hablas

yo escucho el mar detrás de tus palabras

y un silencio me recuerda

como el mar se lleva una hoja seca

o tu boca, este poema.

(De El Cementerio de los Disidentes)

Ernesto González Barnert (1978)

El loro del muladar

Este loro

no se posa en tu hombro y no canta.

Se queda al borde del alféizar

observando el muladar.

Los restos terribles y comunes

de la bestia que comienza soñando

y termina con angustia.

El pobre que sueña demasiado

para tenerlo todo.

El jodido cernícalo que traga el cebo

y es caza.

Este loro alazán

si ha de calcar el modo áspero e hilar

duro al borde del alféizar

morderá el pistacho, volcará

e agua de su alberca,

aporreará contra los aparejos

afines a su ejercicio.

Puesto que su chillido ha de ser reparo y no adorno.

(De Higiene)

Unta este pan duro

en tu vino de ordinario y róelo

figurándome otra friturita u snack.

O babéalo con lo que sea,

concíbelo tragable

sintiendo el buqué

vencido de sal y fuego

con que aderecé esta rebanada.

O ráyalo sobre tu carne.

(De Higiene)

Carmen García (1979)

Los ojos de la noche

Este es el monstruo con el que soñaron las niñas

la habitación del silencio, los dientes del cangrejo

la rabia cuando orinábamos desnudas sobre la loza blanca

tras el suave parpadeo de los que nunca nos vieron.

Estuvimos aquí, las lombrices aparecían bajo tierra

y la jaula era ausencia en el fondo del jardín.

Estuvimos ahí por los rincones de la casa

tras los muebles, bajo los árboles.

Comimos la misma miel que los pájaros,

en conversación agitado por el viento

con las madres que piaban por sus hijos.

Nosotras, elegidas por una mano mayor

para cargar con los ojos de la noche

los huevos rotos de los pájaros.

(De Cantares)

Ritual

Los dedales negros nos tocaban

como acupuntura los pechos.

Con la leche derramada

nos lavamos la cara todas las mañanas.

Soñamos con nieve de flores en el desierto.

(De Cantares)

Héctor Hernández (1979)

5

En el parque de los autores

jugamos con el poema específico

ese especimen de la lengua

que oscila entre nuevos disfraces

como torta azucarada de cumpleaños sin visita

Las serpientes son hilos de plata

que la amarran mientras cae Golpe

Nos divertimos con odio en las máquinas que escriben papel

Buscamos espejos para horrorizarnos

y están escritos

No queremos permanencia

9

La última estación

La fría casa de las musas muertas

para este infierno sólo tenemos velas

No es necesario el ornamento para el arte alado

Las calles anémonas sedientas de su bilis tierna

nos exige resistir las páginas en blanco

por imágenes móviles que gimen de alegría

de hermanos dióscuros amantes

La censura institucional no el fin para nuestro viaje

(De Guión)

8

Aquella noche fue la última noche.

Se quitó la ropa y permaneció de pie.

Las luciérnagas se le trepaban, el tiempo las atraía.

Temblando lo abracé y besé su mejilla.

Ya no me veía.

Su torso era de agua, agua que bailaba, bailaba,

bailaba.

Profundo y cristalino se fue entre las tablas del piso.

Por la ventana un cielo púrpura se reía de mí.

(De Microcosmos)

Paula Ilabaca (1979)

día 12

lleva sangrando doce

días completos hervidos

sienta la mano en la mesa

callada

mira derrumbarse estirpes

colgadas en células mira

resbala su vez en la entre

pierna las lepras

yo tuve balbucea yo tu

ve tantas ganas de ser

otra carencia erguida otra

mancha el piso ríe

todo por algo mancha tirita

articula voces de susto

las murallas son bellas rocas

restriega el rostro

en el ladrillo di

yo tuve la faz

tan clara di

ahora enjuta saliva ordena

partes tan claras yo

creo estas

manos antes

frescas son

asesinas al

cuerpo no

hay más

que

(De Completa)

Cansada ya de palabras, me recuesto a pensar en los últimos

acontecimientos.

¿Soy bella?

¿Se acordará de mí?

Y luego les gritaría a ellos, al amo, a los que saben:

nunca más dejaré que me encadenen al amor.

Ni que me tengan comiendo de la mano,

en esta ciudad de noche,

ni en ninguna otra ciudad.

(De La perla suelta)

Felipe Ruiz (1979)

los prematuros

fueron sólo hernias que brotaron de mi madre

nada más que piedras

otras piedras que arrojar al mar

la pobre ponedora quiso llorar por sus minerales sin alma

pero quién llora piedras?

(De Cobijo)

mi hermano antes de la ceniza

mi madre antes de la rosa nupcial

y ahora mutiladas muñecas niños al mar como carroñas

océanos de charqui

soldaditos de plomo quemado en usinas

sólo jugaban al amor y les trabó la muralla

cavaron su propia tumba

y ahora mis madres idas son lloronas

buscan su cerdito entre los cirros

este Domingo de Ramos llevaré una rosa a su animita

mi padre en la parrilla eléctrica

mi niño hasta el fondo del raspaje

y ahora qué?

UN CHALEQUITO AGUJEREADO DONDE IBA EL NOMBRE

UN N.N. EN LISTA DE ESPERA DE LOS APARECIDOS

PURITA EN LECHA PARA SUS CRÍOS

(De Cobijo)

Víctor Munita Fritis (1980)

La realidad tirana de Chile

es saber que uno es parte de una estadística terrible

que fuimos menores confiscados

y que hoy

no tenemos extremidades ni para soñar

postrados en un trozo de subsuelo

universalizados en un aprendizaje acre y brutal.

(De La patria asignada)

La mujer y su egoísmo II

Amor:

encontré trabajo

Vamos a poder multiplicar el pan y el pescado

a la olla no le sonarán más las tripas

pero no entiendo tu cara larga

deberías sonreír y abrazarme

no vas a venir con machismos

a esta altura del milenio

por otra parte

podré dejar estas chancletas

por un taquito alto.

(De El libro de las revelaciones)

Versículo V

Si tuviera la pastilla del día después

te juro poeta:

que no tengo a este niño

porque un ángel mal intencionado

ha vulnerado

mis derechos de hembra.

(De El libro de las revelaciones)

Versículo VIII

No sé que hacer con este niño

se me arranca por tres días

y le ha dado por leer en los templos

y escupir en los ojos de los ciegos

y moverle las patitas a los enfermos

no quiero ni pensar

que se me escape cuarenta días al desierto.

(De El libro de las revelaciones)

Óscar Petrel (1981)

Te doy mis palabras

Te doy mis palabras

para que las lleves, amor, en este día.

Yo me llevo tu presencia en esta mañana,

el metal moreno de tu piel desnuda.

Te doy mis palabras

naves pequeñas de tus muslos y caderas,

como quien da un recuerdo, una fotografía tal vez.

Yo beso por tus senos a la madrugada

y por tu ombligo escucho el mar,

escribo en tu cuello

como si este fuese arena de una playa.

Por eso es que te doy mis palabras,

para que las afines y suenen a guitarra,

para que se arqueen como tus caderas,

para que sean el espejo de tu bolso y te veas en ellas.

Yo me llevo tu mirada

y la hago profunda mientras la recuerdo.

Amarro en tu pelo mi alegría.

Llévate tú mis palabras,

guárdales en ti que a mi se me escapan

y entrégamelas en otra madrugada, otro amanecer

venidas de tu lengua,

más limpias y más tiernas,

más puras y más bellas.

Te doy mis palabras

para que las lleves, amor, en este día.

(De la selección Sub-Treinta)

Gladys González (1981)

Swing

Dua, dua, dua

Ella Fitzgerald

los ojitos de sueño americano

sacudiéndose

en el Savoy

Dua, dua, dua

Gladys González

los ojitos de heroína

sacudiéndose

en la Habana Club

oculta los colores del fracaso

en el mismo swing oscuro

(De Gran Avenida)

Escenario

la película da vueltas

una y otra vez

en una habitación

en la que se prenden

y apagan las luces

una y otra vez

en un perfecto nocturno

(De Aire quemado)

Maleza

busco un lugar

dónde morir,

como un elefante ciego

perdido entre la maleza

que arrastra tras los años,

como los lentos suicidios

de una pieza de música

(De Aire quemado)

Marcela Parra (1981)

La perfección del amor

Comienza con su aliento en mi oreja

termina con mi oreja en su pecho

Mientras el corazón desacelera

a las cinco cuarenta de la mañana

en un día nuevo

anónimo

y otra vez

virginal.

La perfección del amor dura lo que el coito.

(De Silabario, mancha)

Precoz

cuando me masturbo

abro la boca

como queriendo decir algo.

Una palabra

atragantada como una espina

que intento expulsar

desde que tengo memoria

de mi clítoris

de mis manos.

(De Silabario, mancha)

Marcela Saldaño (1981)

Desde el fondo de la magnífica tragedia

Los alfileres son asuntos fuera de las palabras

asuntos cotidianos como el llanto y la ceniza

la belleza suele espantar

y qué

el sol puede salir por cualquier agujero después de una borrachera

y la simplicidad puede ser un beso de nueve aristas

es así se dice que el tiempo siempre tiene las respuestas que esas sean

para los otros, para los que prefieren esperar

me bebo y me derramo

en la otra arista en el otro juego

seremos los fieles

las habitaciones son algo fuera de la noche y porqué no

también fuera de los días

la paciencia no me alcanza

siento un gran gusto por quienes no temen

por los que saben el secreto

el despropósito es el centro exacto de las cruces

un sentido de cíclope

la ternura abrazada a este juego demasiado oscuro

La profanación a escala real es el crimen merecido

por las mejillas del cierre

Un pretexto, la lluvia

una traición demasiado exquisita.

(De Desde el fondo de la magnífica tragedia)

Víbora

Un ojo donde nadan reptiles y sus dientes definen los colores. No sólo en tu cuerpo. No sólo en esta oscuridad que define en silencio. Solamente en el sonido madre. Ahí sólo soy carnicería.

(De Un ojo llamado cacería)

Roxana Miranda Rupailaf (1982)

Muda canción de serpiente

I

Nueve meses las albergo

y tres son los que demoro

en sacarles el ritmo,

en cortarlas

de mis piernas.

En salírseme serpientes

con mis tripas atadas a los ojos.

Tanta sangre, y grito

para que salgan a arrastrar su cuerpo blanco.

Frías mis serpientes

enrolladas adentro de mi cuerpo.

Silencio en que me crecen

y en que crezco.

II

Sangre resbalada gime

muda canción de serpiente.

(García Lorca)

Me enrollo en mis pieles

me abrazo la cola

en los rincones.

Me trago mi lengua.

De todos los venenos

arde el vientre.

(De Seducción de los venenos)

Pablo Paredes (1982)

Canción de la primera carta de amor

Cada letra de un color distinto,

todos los colores para que te enamoraras de mí

Fuckin Jeimy, the badgirl!

Fuckin Jeimy, la arrugaste tanto!

A mí me costó llegar a ru jardín,

tirarla y arrancar colorado.

Al final mi mamá la encuentra cochina,

palabras feas, rayas con lápiz pasta en el corazón.

Tu carita es más linda que toda la Villa Brasil,

pero tu alma es peluda,

Jeimy raya como un monstruo mi carta

a ella ya le dijeron que soy perdedor.

Puse tanto amor en ese papel!

todo el amor que un niñito puede dar

Fuckin Jeimy, the badgirl!

Fuckin Jeimy, la arrugaste tanto!

(De Cantares)

Diego Ramírez(1982)

Papel de antecedentes

Que me envidie la tragedia

toda los antecedentes mal intencionados

mi historia de amor

la forma en que beso a un chico debajo del agua

la manera crisálida de hacernos cariño

la rabia y el desencanto de los cuerpos

de estos cuerpos

el tuyo alejado radicalmente de mis ganas

y el mió absolutamente distante por la pena infinita

Que le cuente al oído sobre la poeta mas discriminada de este país

que le cuente porque no pongo acentos

porque es esta histeria desesperada cuando le escribo

la inscripción en la espalda,

toda mi vida / su vida

el destierro

mi silencio / mi delito

y de nuevo esos cuerpos

Una boca lastimera llorando la noche entera

como le pesa la rabia la rabia la rabia

se le pega / me mira

y se vuelva insignificante distante pasajera

envídieme la derrota / las malas cosas

la biografía imperfecta / el talento enfermo de tener que esconderme en la ilegalidad

envídieme enterito / así resplandeciente

cuando me ve vestido de terciopelo

encima de la chica mas moderna de los Juzgados del Crimen

(De Mi delito)

Enrique Winter (1982)

La jornada (no hay primera sin segunda)

Estamos envejeciendo con la casa

cada pieza a que se entra puede reconocerse

por el olor de su alojado

La mesa tiene otros comensales

traen maletas llenas de -llueve porque ellos quieren lluvia,

llevan la rienda suelta y no se caen de los caballos que inventaron:

esta casa no estaba aquí anoche.-

Mi padre nunca fue dueño de nada

y el agua que ponía en la maleta

la sacaba de un lago

que no aparece ya en el mapa.

(De Rascacielos)

Danza

Esto

es la ballena y bufa hacia arriba.

Una vez correteada no la caza nadie.

La temporada va desde enero al quince de abril.

El huinche acarrea una jaiba donde se la engancha.

Da un gran colazo cuando los jaibiadores viran el huinche.

Consiste en diez ballenas el turno.

Los cocinadores trabajan en la misma playa.

Donde se ve agua es una pampa llena de restos de ballena.

La ola es un cerro enorme que llega al camino

y desploma a quienes cargan quintales de harina

como si fueran aire.

(De Guía de despacho)

Karen Hermosilla (1983)

16 trabajos ideales

recoger desperdicios en las playas

leerle poemas a las gaviotas

abrazar perros

dar vuelo a los columpios

contar chismes en los dormitorios

ver programas fomes

cantar pésimo cantos mongoles

esconder remedios tras los cojines

combatir fantasmas en los sótanos

llenar de garabatos las contratapas de los libros

postear a idiotas que nunca serán leídos

hacer amigos imaginarios en los bares

teñirse el pelo de colores inverosímiles

convidar a fiestas funerarias

contar chistes a las afueras de un hospicio

interpretar a las guaguas y a los gatos.

(De Gesto mecánico)

Úrsula Starke (1983)

Pecado comunal

Del trazo ajeno de mi mano

te escribo, San Bernardo.

Jamás probé las amargas calles

De tu pasado fértil

..... .. .. .. .. .. ... . (Eras ciudad apartada,

..... .. .. .. .. .. ... . Gritabas el silencio urbano)

Ni he contado las hojas

De los árboles agonizantes

En la ventana torcida.

No bailé los días

De Maestranza

Al ritmo metalizado de sus máquinas.

Hubiera querido dormir en tus llanos

Apartados del Paraíso Terrenal,

Pero las golondrinas y las moscas

Una y otra vez

Desviaban mi sueño.

San Bernardo, nada hice

Digno de agradecer

Pero lloró contigo

Todas las horas de tu eterna noche.

(De Obertura)

Discurso III

El jardín se llenó de malezas y demonios. Pena un muerto entre las hebras transparentes de las arañas, sobre el pasto largo brotan hongos adormecidos por el canto de los demonios, las hojas se pudren bajo los gorriones. Entonces observo el jardín volverse terror de moscas. Hay un olor a galletas que rompe el ambiente, un ladrido de perros que rompe el ambiente. Un fantasma tras la ventana. Miedo, miedo es la hiedra temblando por los pilares. Miedo es el jardín reverberando demonios. Miedo es el otoño gritando.

(De Ático)

Cristóbal Malebrán (1984)

Los ojos de la ciudad

Es necesario cerrar los ojos y tapar los oídos

para que la verdadera noche se presente

y el llanto de las velas sea revelado.

Es necesario freír nuestro cerebro

para que el fruto se muestre

como racimos o caníbales

hambrientos de lo cotidiano.

A la manera del mundo

a la manera de los otros

vagamos entre vivos, mientras los muertos

nacen de los ojos de la ciudad.

(De Sub frágil)

Progrería

De una esquina a otra

pasan 10 años

No guardes recuerdos

de las baldosas

ni de los coqueteos pusilánimes

de los ángeles

Otro paso más, un temblor de muerte

se aproxima

el beso de la carne se evapora

hundiendo sus raíces.

Y las aves transcurren

de una esquina a otra

presintiendo el temporal.

(De revista «de cierto lugar», Copiapó, 2011)

John Uberuaga (1984)

Otra carta

alguien los vio volver.

perdidos, sin madres.

atraviesan bosques negros y calcinados.

las brujas les piden las manos

y a cambio leen cartas que soplan la ceniza.

dicen que ríen con las cosas que nos aguardan:

la lengua azul de la muralla, horas de rencor de luna,

humo de panadería, autos saqueados,

esa pequeña nada de todos los días.

alguien abre una ventana y ventila un cuarto oscuro

de sucias letras cotidianas con olor a pan,

las amarra con los cables del sueño

y pregunta al cuarto iluminado

«¿qué era, después de todo, seguir y vivir?»

El cuarto iluminado responde

con hijos que mueren de hambre

con horas que duermen por muchos años en el lodo y la sangre

y al final siempre despiertan,

ojos que anochecen en vasos de ron sin nombre,

caminos blancos y billetes arrugados que nos separan.

Alguien los vio volver,

miran sobrevivir

los espejismos de la ciudad en las quebradas.

otra tarde, otra mañana,

un día como millones de días

se toman por aciertos los errores

y los errores en el papel

son palabras nuevas.

(De Rebaño negro)

Andrés Florit (1985)

VI

Ahí estás,

como un organillero entre la niebla de la tarde

de un domingo desierto

solo con tu música

recorriendo las calles

donde ya no quedan niños

solo con tu música

de carrusel abandonado

recibiendo a los sueños que llegan

a visitarte

mientras avanzas solitario

hacia ningún lado.

VII

Todo lo que te rodea

está dentro de ti;

todo es un juego,

una ilusión, un truco:

la soledad es tu cuna

y tu epitafio

irremediablemente.

(De Santa Rosa 57)

Alberto Cecereu (1986)

In púribus

A Felipe Fuentes

deberías esperar la muerte del sosiego

en la extremidad de los tiempos

transformar sentimiento en niebla

y corromper la consanguinidad

del recuerdo llamado vacío

esperar la legada de la biografía

que destina los cuerpos

los hombres en cuestión

transmitirla en lava y del hielo

que lo prosigue

es sólo mudez de la década

que los une

conexión confusa

y difuso el rigor

que aparenta ser un poco más

la materia

deberías proclamar

el silencio

que los aleja

más allá del fondo

la intimidad secreta de sus palabras

mutadas en metafísica labial

y su germen

su cultivo

que aguanta

el desperdicio de lo suyo

reflujo del espejo mediático

que proclama las recomendaciones del mañana

en una misma cara -cuerpo y piel-

retazo irracional en donde se ratifica

la simulación la luz

en la frente marina que subyace

al horizonte

extendido

en la plenitud de la memoria

deberías entender que el deseo

es persistir ante la fuga

salida abrupta

y cenizas sobre cenizas

(De Noticias sobre la inmanencia)

Vicente Rivera (1986)

Visión

Parados en la cima del cerro,

les dije a mis amigos:

este es un verdadero bosque,

esta si que es tierra firme,

aquí hay que tirar semillas

y echar raíz.

Aquí todo crece

pero para adentro.

(De revista «de cierto lugar», Copiapó, 2011)

I

La distancia conservada

Entre un riel y otro,

Estacada

Por vigilantes impertérritos

Es suficiente para contar

Una historia

De tiempos aquellos

Cuando el tres era

Un paisaje de todo Chile.

La distancia conservada

Entre un riel y otro

Se ha perdido

A lo más nos queda

Una que otra

Estación museo

Y un sin número

De pueblos

Descarrilados

En las distancias de este desierto chileno.

(De revista «de cierto lugar», Copiapó, 2011)


Sobre los autores

Katherine Alanis Morán nació en Valparaíso, en 1975. Ha publicado Peces en la tele (2010) y aparece en las recopilación Cadáver en mano (2006) y en las revistas Lanzallamas y Poesía en La Piedra Nº2 (2010) entre otras. Obtuvo, en 2008, la Beca de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura.

Andrés Anwandter nació en Valdivia, en 1974. Psicólogo, ha publicado El árbol del lenguaje en otoño (1996), Especies intencionales (2001) y Square Poems (2002). Aparece, entre varias recopilaciones, en las antologías , Antología de la poesía joven chilena, de Francisco Véjar (1999) y Cantares, de Raúl Zurita (2004).

Gustavo Barrera Calderón nació en Santiago, en 1975. Licenciado en arquitectura ha publicado Exquisite (2001), Adornos en el espacio vacío (2002), Primer orificio, Papeles murales y tapices, Dinero, muerte y un rostro sin cejas y Creatur (2009). Fue becario de la Fundación Pablo Neruda, en 1996. El año 2002 obtuvo el Premio Revista de Libros de El Mercurio y la Beca de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura. Aparece en las antologías Poesía chilena para el Siglo XXI, de Mario Andrés Salazar, Floridor Pérez y Thomas Harris (1996) y Cantares, de Raúl Zurita (2004)

Óscar Barrientos Bradasic nació en Punta Arenas, en 1974. En poesía ha publicado Espada y taberna (1988), Mi ropero es un mar sombrío (1990) y Égloga de los cántaros sucios (2004) y, en narrativa, La ira y la abundancia (1998), El Diccionario de las Veletas y otros relatos portuarios (2003), Remoto navío con forma de ciudad (2007) y El viento es un país que se fue (2009). Profesor de Castellano y magíster en Filología, tiene también un doctorado por la Universidad de Salamanca y ha obtenido, entre varios, el Premio María Cristina Ursic de Poesía (1988), Premio Fernando Santiván (1998), Galardón de Poesía de a Inmigración Croata en Magallanes (1990) y la Beca de Creación del Fondo del Libro y la Lectura (2001).

Garpar Bert (Felipe Hernández) nació en Valparaíso, en 1973. Estudió Publicidad y ha residido en Estados Unidos, Marruecos y España. Ha publicado Reflejos del aire (1995), La espada de la razón (1998), Návatar (2001) y Bajo el sol de las cosas (2007). Aparece en la recopilación El mapa no es el territorio, de Ismael Gavilán (2007). Obtuvo el XXXI Premio Ciudad de Alcalá (2000).

Camilo Brodsky Bertoni nació en Santiago el 17 de mayo de 1974. Profesor de Estética, ha publicado Las puntas de las cosas (2006), El lugar de la memoria y Whitechapel (2009). Destacado crítico de varios medios capitalinos, obtuvo la Beca de Creación Literaria del Fondo Nacional del Libro y la Lectura (2005) y el Premio a las Mejor Obra Literaria, categoría inédita, del Consejo Nacional del Libro (2010). Dirige Ediciones Das Kapital.

Alberto Cecereu (Felipe Alberto Fuentes Cecereu) nació en Valparaíso, en 1986. Es profesor de Historia por la Universidad Católica de esa ciudad. Ha publicado Noticias de la Inmanencia (2005). Aparece en la antología El mapa no es el territorio, de Ismael Gavilán (2007).

Cristián Cruz González nació en Putaendo, en 1973. Profesor, reside en San Felipe. Ha publicado Pequeño país (2000), Fervor del regreso (2002), Papeles en el claroscuro (crónicas, 2003), La Fábula y el tedio (2003, 2004), Bar/ antología poética chilena (con Ricardo Herrera, 2006) y Reducciones (2008). Entre otras aparece en las recopilaciones Clepsidra (1997), Primer Concurso de Poesía del Mundo Rural/Antología poética (2002), Poesía nueva de San Felipe y Aconcagua, de Felipe Moncada (2003), Treinta jóvenes poetas, de Rodrigo Véliz (2003), Cantares, de Raúl Zurita (2004), Bar/ Antología poética chilena, de C. Cruz y R. Herrera (2006) y El mapa no es el territorio, de Ismael Gavilán (2007). Obtuvo el 2do. lugar Premio Jorge Teillier (Lautaro, 1998), la Beca Fundación Neruda (1998), el Premio Alerce, Sociedad de Escritores de Chile (2003) y la Beca Literaria del Consejo Nacional del Libro (2003).

Karen Beatriz Devia Díaz nació en Valparaíso, en 1975. Cantante lírica, ha publicado Despojos (2003), Corazón (2009) y Escritos de culpa (2009). Aparece también en Nuevas voces de la poesía chilena (Nueva York, 2007), Antología histórica de Poesía en Balmaceda Valparaíso (2009) y Cuadernos de poesía en la Piedra Nº4, junto a América Merino, 2010. Obtuvo la Beca de Creación Literaria de Fondo Nacional del Libro y la Lectura para el año 2008.

Juan Eduardo Díaz nació en San Bernardo, el 8 de agosto de 1976. Profesor de Castellano, reside en Valparaíso y es autor de los poemarios Sombras de Valparaíso (2001), Ángeles ebrios (2002), El luto (2005), Del diario de Teresa y Sylvia (2006), El cantar de los claveles y otros poemas (2009) y Claveles (2009). Su trabajo figura en las recopilaciones Señales de Piedra, de Paula Pascual (2003), Historias de Bares/ cuento & poesía, Municipalidad de El Bosque (2004) y Demo/ Breve antología literaria porteña, de Marcela Küpfer (2007). Obtuvo el Premio Enrique Lihn en Concurso de Arte y Poesía Joven, de la Universidad de Valparaíso, (2002) entre algunos reconocimientos.

Lila Díaz Calderón nació en Santiago, el 18 de febrero de 1975. Licenciada en Diseño por la Universidad Vicente Pérez Rosales, es magíster en Edición por la Universidad Diego Portales. Ha publicado Cacería (1999) y Léxico Fuego (2001). En 1997 obtuvo la Beca de Creación Literaria de la Fundación Pablo Neruda. Figura en las antologías Poesía chilena para el Siglo XXI, de Mario Andrés Salazar, Floridor Pérez y Thomas Harris (1996) y Cantares, de Raúl Zurita (2004)

Andrés Florit Cento nació en Santiago, en 1985. Formó parte del grupo Santa Rosa 57. Ha publicado Poco me importa (2009) y Materias de libre competencia y regulación (2011), así como la plaqueta La caja oblicua (2011). Aparece en la recopilación (virtual) Santa Rosa 57.

Julio Espinoza Guerra nació en Santiago, en 1974. Profesor de Castellano y Licenciado en Educación, es lector de Tusquets Editores y reside en Madrid desde 2001. Ha publicado los trípticos Los tejados de Zinc y Cinco poemas y los poemarios Cuando la rosa aún no existía (1996), La soledad del encuentro (1999) y La metamorfosis de un animal sin paraíso (2004). Es también autor de la antología La poesía del siglo XX en Chile (Visor, 2005). Obtiene la Beca de Creación del Consejo Nacional del Libro y la Lectura (2000) y el Premio Villa de Leganés (2004). Aparece en Cantares, de Raúl Zurita (2004)

Damsi Figueroa Verdugo nació en Talcahuano, en 1976. Candidato a doctorado en Literatura por la Universidad de Concepción, en la actualidad trabaja en investigación y difusión de la lengua y literatura mapuche. Ha publicado Judith y Eleofonte (1995), Cartografía del éter (2003) y es coautora de Memoria poética / Rescritura de La Araucanía (2010). Entre otras recopilaciones, aparece en Poesía chilena para el Siglo XXI, de Mario Andrés Salazar, Floridor Pérez y Thomas Harris (1996) y Poesía ante la incertidumbre (Visor, 2011 y Ediciones Lar, 2012). Ha recibido la Beca de Creación Literaria del Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura en los años 2002 y 2008.

Claudio Marcelo Gaete Briones nació en Valdivia, en 1978. Psicólogo y master en Literatura, se doctora actualmente en Francia. Publicó El Cementerio de los Disidentes (2005) y aparece en Hipocampos, de Bruno Serrano (1998), Cantares, de Raúl Zurita (2004), El mapa no es el territorio, de Ismael Gavilán (2007) y Valparaíso en la poesía y la crónica, de Juan Cameron (2007). Obtuvo el Premio Iberoamericano de Poesía Neruda 100 años, Temuco 2004, Premio Especial Enrique Lihn del Concurso de Arte Joven de la Universidad de Valparaíso (2005) y el Premio Municipal de Santiago (2006).

Carmen García Palma nació en Santiago el 2 de marzo de 1979. Socióloga, es fundadora y directora de la Revista Plagio y reside en Nueva York. Publica La insistencia (2004) y ha obtenido las becas de la Fundación Neruda (2000), de la Fundación Mustakis (2003), de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura (2004 y 2007) y la Fulbright (2005). Figura en la antología Cantares, de Raúl Zurita (2004).

Galo Ghigliotto nació en Valdivia el 27 de junio de 1977. Editor, guionista y realizador audiovisual, ha publicado Valdivia (2006), Bonnie & Clyde (2007) y Aeropuerto (2009).

Alejandra Sofía González Celis nació en Santiago, el 23 de junio de 1976. Asistente Social, ha publicado La enfermedad del dolor (2000).

Ernesto González Barnert nació en Temuco, en 1978. Ha publicado Coartada de los dragones por el camino pequeño (2000) e Higiene (2007). Obtuvo el Premio Pablo Neruda del Concurso de Poesía Joven de la Universidad de Valparaíso (2007) y ha recibido las becas de creación literaria de la Fundación Mustakis, del Centro Cultural de España y de la Fundación Neruda, entre otros reconocimientos.

Gladys González nació en Santiago, en 1981. Ha publicado Papelitos (2002 y 2003), Poemas (junto a Diego Ramírez, 2003), Gran Avenida (2004) Aire quemado (2009) y figura en las muestras Antología de poesía de la Biblioteca Nacional de Chile (2004), Cantares, de Raúl Zurita (2004) y Conrimel (2006). Recibió las becas de la Fundación Mustakis a Jóvenes Talentos (2001 y 2002), Biblioteca Nacional (2003) y Fundación Neruda (2004).

Marcelo Guajardo Thomas nació en Santiago, en 1977. Ha publicado Teseo en Cartagena (2008), Lengua manto/ corazón de la ira (2009), Un momento preciso para el exilio (2011).

Carlos Henrickson Villarroel nació en Santiago, el 41 de mayo de 1974. Se trata de un interesante gestor cultural quien ha residido en Concepción, Valparaíso y otras ciudades del país. Entre sus publicaciones se cuentan Ardiendo (plaquette, 1991), Cosecha estival (1998), Aviso desde Lota (tríptico, 1998), En tiempos como éstos (cuentos, 2002), An old blues songbook (poesía, 2006), Despoblados (poesía, 2010) y El esplendor (cuentos, 2011). Es autos, además, de las recopilaciones Panorama de la poesía contemporánea de Valparaíso I, Revista Aérea, Buenos Aires (2004), Panorama de la poesía contemporánea de Valparaíso II, Revista Aérea (2005) y Selección de nueva poesía de la Región de Valparaíso, Trilce Nº12 , Concepción (2005).

Karen Hermosilla Tobar nació en Santiago, en 1983. Periodista, vive en Valparaíso. y ha publicado Gesto Mecánico (2009). El 2008 recibió la Beca de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura.

Héctor Hernández Montecinos nació en Santiago el 25 de noviembre de 1979. Es Licenciado en Literatura y Doctor en Filosofía con mención en Teoría del Arte. Es autor de No! (2001), Putamadre (2005), Ay de mí (2006), La poesía chilena soy yo (2007), Segunda mano (2007), A 1000 (2008), Livro universal (2008), Guión (2008), Debajo de la lengua (2009), Microcosmos (2010) entre muchas publicaciones. Ha obtenido becas del Consejo Nacional del Libro y la Lectura (2003 y 2006), del Fondo Nacional de las Artes (2004 y 2005), de la Fundación Pablo Neruda (2005) y de a Fundación Andes (2005 y 2006) y el año 2009 le fue concedido el Premio Pablo Neruda para autores menores de 40 años. Aparece en Cantares, de Raúl Zurita (2004)

Juan Paulo Huirimilla Oyarzo nació en Calbuco, en 1973. Ha publicado El ojo de vidrio (2002) y aparece en numerosas recopilaciones, entre ellas Poesía chilena para el Siglo XXI, de Mario Andrés Salazar, Floridor Pérez y Thomas Harris (1996), 20 poetas mapuche contemporáneos, de Jaime Luis Huenún (2003), Cantares, de Raúl Zurita (2004) y Los cantos ocultos/ Antología de poesía indígena latinoamericana, de Jaime Luis Huenún (2008).

Paula Ilabaca Núñez nació en Santiago, en 1979. Profesora de Castellano, ha publicado Completa (2003), La ciudad Lucía (2006) y La perla suelta (2009). Aparece en la antología Cantares, de Raúl Zurita (2004).

Pablo Maire nació en Talca, en 1975. Actualmente reside en Lima. Ha publicado Escribí estos versos de espalda (2007).

Cristóbal Malebrán nació en Copiapó, en 1984. Es egresado de Derecho y publica Sub frágil (2008).

Carolina Mayerovich nació en Ancud, en 1997. Reside en Copiapó. En 2011 edita su primer poemario, De cicatrices y otras huellas.

Roxana Miranda Rupailaf nació en Osorno, en 1982. Profesora de Castellano y Comunicación es magíster en Literatura Hispanoamericana. Ha publicado Las tentaciones de Eva (2003) y Seducción de los venenos (2008). Obtuvo la Beca de Creación del Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura en 2006 y 2008.

Felipe Moncada Mijic nació en Quellón, Isla de Chiloé, en 1973. Profesor de Física y Matemáticas, ha publicado la antología Poesía nueva de San Felipe y Aconcagua (2003) y los poemarios Irreal (2004), Carta de navegación (2006) y Río Babel (2007). Figura en El mapa no es el territorio, de Ismael Gavilán (2007).

Marietta Morales Rodríguez nació en Antofagasta el 18 de julio de 1973. Ha publicado Cartas abiertas a Serguei (2000) y obtuvo la Beca de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura en 2001. Aparece en diversas antologías, como Yo me callo, de Raúl Zurita (1997), Poetas del Desierto (2004), Poesía joven de Antofagasta (1997), Poetas Nortinos , de Luís Moreno Pozo (2004) y Microcuentos de Micro (2005). Próximamente publicará El Rudo Alacrán.

Víctor Munita Fritis nació en Copiapó el 7 de octubre de 1980. Profesor en Historia y Geografía, ha publicado Pensión completa y otros (2008), Darwin y Domeyko/ Expedición por Atacama (ensayo, 2008), La patria asignada (2010) y El libro de las revelaciones (2011).

Fernando Navarro Geisse (Cristián Geisse Navarro) nació en Vicuña, en 1976. Doctorado en Letras, ha publicado Visiones de íncubos (2003) y Los habitantes del fuego (2005). Figura en Los hijos suicidas de Gabriela Mistral, de Leonidas Lamm (2010).

Elizabeth Neira Calderón nació en Santiago, en 1973. Periodista y artista visual (perfomancer), es autora de Abyecta (2203 y 2006), El soliloquio de la reina (2004 y 2006).

Pablo Paredes nació en Santiago, en 1982. Es autor de El final de la fiesta (2005) y figura la antología Cantares, de Raúl Zurita (2004). Obtuvo el certamen Chilectra-Feria del Libro (2003)

Marcela Parra nació en Temuco, en 1981. Es licenciada en Arte por la Universidad de Playa Ancha. y actualmente sigue un doctorado en Madrid. Ha publicado Silabario, mancha (2008) y aparece en las selecciones El mapa no es el territorio, de Ismael Gavilán (2007), Anomalías, 5 poetas chilenos (2007) y Carta de Ajuste, de Juan Eduardo Díaz y Antonio Rioseco (2008).

Óscar Petrel (Óscar Burgos Belmar) nació en Puerto Montt, en 1981. Profesor y doctor en Literatura, ejerce actualmente en Valparaíso. La Universidad de Concepción le edita Las tres estaciones de un tren a juguete (2007) y aparece en la Muestra de poesía en Concepción Sub-Treinta, de Alexis Figueroa (2008). El año 2005 había obtenido el Premio Armando Rubio Huidobro.

Diego Ramírez Gajardo nació en Antofagasta, en 1982. Periodista y comunicador social, ha publicado Relamido (2002, junto a Gladys González), Corazoncito/noche (2002, junto a Gladys González), El baile de los niños (2005), Brian, el nombre de mi país en llamas (2008) y Mi delito (2009). Aparece en las antologías de cuento Tras la Puerta (2001) y Relato Virtual (Sudamericana, 2001) y en las antologías de poesía Desencanto Personal (2003), (Sic) (2004), Cantares, de Raúl Zurita (2004), Cuatro Cuartetos: I. Cuatro Poetas Recientes de Chile (Buenos Aires, 2005). y 18 poetas Latinoamericanos, de Harold Alva (Lima, 2006). Ha obtenido los premios Gabriela Mistral (1999), de Cuentos DuocUC (1999) y ha recibido las becas Mustakis a Jóvenes Talentos (2001 y 2002), de la Biblioteca Nacional (2003), de la Fundación Pablo Neruda (2004) y de Creación Literaria del Consejo del Libro y la Lectura (2003, 2005 y 2007).

Vicente Rivera Plaza nació en Copiapó, en 1986. Egresado de Filosofía publica Lucífugo (2010). Aparece en las recopilaciones Poesía 10 poetas jóvenes de Copiapó y Poetas del desierto (2007). Fue Becario de la Fundación Neruda, en Valparaíso, ciudad donde realizó sus estudios.

Rafael Rubio Barrientos nació en Santiago, en 1975. Doctor en Literatura, ha publicado Arbolando (1998), Madrugador tardío (2000) y Luz rabiosa (2008). Aparece en las recopilaciones 22 voces de la novísima poesía chilena, de Carlos Baier y Cristián Basso Benelli (1994), Poesía chilena para el Siglo XXI, de Mario Andrés Salazar (1996), Antología de la poesía chilena joven , de Francisco Véjar (1999) y Cantares, de Raúl Zurita (2004) entre otras. Obtuvo las becas de la Fundación Pablo Neruda (1994) y de los Talleres José Donoso de la Biblioteca Nacional (1998); asó como los premios FEUC (1996), Yo no me callo (1997) y Armando Rubio Huidobro -quien fuera su padre- (2001) además de otros reconocimientos.

Felipe Ruiz nació en Coronel, en 1979. Doctor en Filosofía y crítico literario, publica Cobijo (2005). Ha obtenido los premios Andrés Sabella (1999) y Armando Rubio (2003) y la Beca de la Fundación Neruda (2005). Aparece en la antología Cantares, de Raúl Zurita (2004).

Marcela Saldaño nació en Santiago el 31 de julio de 1981. Ha publicado 2001 Poesía en el Espacio, (2001), Inclinación al Deseo y al Caos (2002), Desde el fondo de la magnífica tragedia (2003) y Un ojo llamado cacería (2008). Aparece en Desencanto Personal (2004) y Anomalías: cinco poetas chilenos (Perú, 2007) y obtuvo el Premio Eduardo Anguita (2007) y las becas de la Fundación Mustakis, de Balmaceda 1215 y de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura (2010).

Leonardo Sanhueza nació en Temuco, el 28 de enero de 1974. Geólogo por la Universidad de Chile, estudió Lenguas clásicas y ha publicado Cortejo a la llovizna (1999), Tres bóvedas (Visor, 2003) y Colonos (2011), además de las crónicas Agua perra (2007) y La ley de Snel (2010) y de las recopilaciones Obra poética de Rosamel del Valle(2000) y El Bacalao: diatribas antinerudianas y tros textos (2004) y Leseras (versiones de Catulo, 2010). Obtuvo el Premio Rafael Alberti (Cádiz, 2001) y Lagar (La Serena, 2009). Reside en Santiago. Figura, entre varias antologías en la Antología de la poesía joven chilena, de Francisco Véjar (1999) y Cantares, de Raúl Zurita (2004).

Úrsula Starke Carrasco nació en San Bernardo, en 1983. Egresada de Historia del Arte de la Universidad de Chile, ha publicado Obertura (2000) y Ático (2007). Aparece en la antología Poesía del Siglo XXI, 23 nuevos poetas de la Región Metropolitana (2001). Obtuvo la Beca de la Fundación Neruda (2002) y entre sus reconocimientos se cuenta el Premio del Concurso de Literatura de la Universidad de San Bernardo (2002).

Marina Tapia Pérez nació en Valparaíso, en 1975. Reside en Madrid desde 2000. Es autora de 50 mujeres desnudas (2012). Ha obtenido los premios Arte Joven La Latina de la Comunidad de Madrid (2008), el Voces Nuevas 2007, de la editorial Torremozas, y Barbate Lee 2011, entre otros reconocimientos. Su trabajo aparece en las recopilaciones De Raíz: creaciones de mujeres del mundo (Horas y Horas, 2002), Voces Nuevas –XX Selección- (Torremozas, 2007) y en las revistas Duoda, Asparkia, Voces Literarias y Luces y Sombras, en la antología Poesía en Sidecar (Absurda Fábula y Libertad 8).50 mujeres desnudas con la editorial Amargord.

Antonia Torres Agüero nació en Valdivia, en 1975. Periodista y magíster en Literatura, ha publicado Las estaciones aéreas (1999), Orillas de tránsito (2003) e Inventario de equipaje (2006). Entre sus reconocimientos cuenta con el Premio de Poesía Joven Enrique Lihn (2000) y el Premio Luis Oyarzún (2003). Aparece en las antologías Poesía Chilena para el Siglo XXI, de Mario Andrés Salazar, Floridor Pérez y Thomas Harris (1996), Antología de la poesía joven chilena, de Francisco Véjar (1999), Poetas jóvenes chilenos (Lar, 1998), Antología de la Poesía Joven Chilena, de Francisco Véjar (1999), Panorama de la nueva poesía chilena (Bahía Blanca, 20019 y Diecinueve/ poetas chilenos de los noventa (Sáez editor, 2006).

John Uberuaga nació en Viña del Mar, en 1984. Estudió Castellano en la Universidad Católica de Valparaíso y ha publicado El árbol en llamas (2008), Forestal (2010) y Rebaño negro (2010). Aparece en la antología Carta de ajuste, antología de poetas inéditos en Valparaíso, de Antonio Rioseco y Juan Eduardo Díaz (2008).

Enrique Winter nació en Santiago, en 1982. Abogado, reside en Valparaíso y se desempeña en el la Cámara de Diputados. Es autor de Atar las naves (2003), Rascacielos (2008 y 2011) y Guía de despacho (2010). Ha obtenido el Premio Festival de Todas las Artes Víctor Jara (2003), la Beca del Consejo Nacional del Libro y la Lectura (2008) y el Premio Concurso Nacional de Poesía y Cuento Joven (2010). Aparece en las muestras Santa Rosa 57 y Winnipeg: poesía chileno española contemporánea (2011)

Alejandro Zambra Infantas nació en Santiago, en 1975. Es doctor en Literatura. Ha publicado Bahía inútil (poesía, 1998), Bonsai (novela, 2006), La vida privada de los árboles (novela, 2007), Mudanza (poesía, 2008), No leer (ensayos, 2010) y Formas de volver a casa (novela, 2011). Entre otras recopilaciones, figura en Antología de la poesía joven chilena, de Francisco Véjar (1999) y en Cantares, de Raúl Zurita (2004). El año 2010 la revista británica Granta lo seleccionó como uno de los 22 mejores escritores menores de 35 años en lengua española.

Antologías consultadas

Anomalías/ 5 poetas chilenos, Ed. Zignos, Lima, 2007

Antología de la joven poesía chilena, Francisco Véjar, Ed. Universitarias, Santiago, 1999

Antología del Segundo Encuentro de Poetas del Norte, Pentagrama editores, Antofagasta, 2005

Antología Histórica de Poesía en Balmaceda Valparaíso 2001-2009, Balmaceda 1215, Valparaíso, 2009

Antología Insurgente/ La nueva poesía Magallánica, Pavel Oyarzún y Juan Magal, Punta Arenas, 1998

Antología Poética/ Creación desde la palabra, Felipe Ugalde y Arturo Rojas, Valparaíso, 2001

Antología 21 Poetas (1998-1999)/ Universidad de Playa Ancha, de Arturo Rojas y otros, Valparaíso, 1999

Breve antología literaria porteña/Demo, Marcela Küpfer, Ed. Puertoalegre, Valparaíso, s/f

Cantares/ Nuevas voces de la poesía chilena, Selección de Raúl Zurita, Ed. LOM, Santiago, 2004

Chena/ Antología poetas contemporáneos del Maipo, Yuri Pérez, Ed. La Cáfila, Valparaíso, 2006

Desencanto personal/ reescritura de Canto General de Pablo Neruda, Javier Bello, Ed. Cuarto Propio, Santiago, 2004

El mapa no es el territorio/ Antología de la joven poesía de Valparaíso, Ismael Gavilán, Ed. Fuga, Valparaíso, 2007

El mar de los poetas, Selección y comentarios de Fesal Chaín y René Acevedo, Ed. Calíope y Kawell Kelun, Santiago, 2009

Los hijos suicidas de Gabriela Mistral/ Antología poética de jóvenes del Valle de Elqui, Leonidas Lamm, Valparaíso, 2010

Patagonia poética, II Concurso Binacional Literario de la Patagonia, Punta Arenas, 1998

Plano inclinado/ poética en un sentido amplio, Grupo Casa Azul, Valparaíso, 2010

Poemas de la Cuenca del Maipo, R. Bescos, A. Calderón y P. Olivares, San Antonio, 2000

Poesía ante la incertidumbre/ Antología de nuevos poetas en español, Visor Libros y Ed. Lar, Concepción, 2011

Poesía chilena para el Siglo XXI, Mario Andrés Salazar, Floridor Pérez y Thomas Harris, DIBAM, Santiago, 1996

Poesía en el Café/Antología poetas del Café Paskín, Patricia Monroe, Ed. Puerto Alegre, Valparaíso, 2010

Poesía nueva de San Felipe de Aconcagua, Felipe Moncada y otros, Ed. Piedra de la Locura, San Felipe, 2003

Santa Rosa 57/ muestra de poesía, Ernesto González Barnert y otros, edición virtual, s/f

Soliloquios variables, Universidad Santa María, Ed. La Cáfila, Valparaíso, 2005

Sub-Treinta/ Muestra de poesía en Concepción, selección de Alexis Figueroa, Concepción, 2008

Sur Itinerante/voces de un territorio en movimiento, Eduardo Fernández y otros, Valdivia, 2009

Treinta jóvenes poetas, Rodrígo Véliz, Universidad de Playa Ancha, Valparaíso, 2003

Valparaíso bohemio/ Antología de poetas nocturnos, José Miguel Camus y Rodrigo Gutiérrez, Ed Puerto Alegre, Valparaíso, 2007

20 poetas mapuche contemporáneos, selección de Jaime Huenún, Ed. LOM, Santiago, 2003

23 jóvenes escritores de Valparaíso, de Nancy Fuentes Correa, Valparaíso, s/f

22 voces de la novísima poesía chilena, Selección de Carlos Baier y Cristián Basso Benelli, Ed. Tiempo Nuevo, Santiago, 1994

Winnipeg/ poesía chileno española contemporánea, Ed. Santiago Inédito, Santiago, 2011

Carta de ajuste/Antología de poetas inéditos en Valparaíso, Antonio Rioseco y Juan Edo. Díaz, Ed. Cataclismo, Valparaíso, 2007

Publicado por Juan Cameron

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"El presente sólo es víspera o nostalgia. En tardía resonancia de aquel estado de gracia que es la i...

Arte

Los puentes de París vistos por los pintores

Celebrados por su encanto, los puentes de París han inspirado a los artistas. Sus representaciones p...

Pintar el nuevo Eden

El descubrimiento del Oeste fue uno de los movimientos más ricos en su exaltación de los valores nac...

Goya y la Casa de Locos

La locura es uno de los temas recurrentes en la obra de Goya. La pintura la Casa de locos, conservad...

Memoria de obra - Parte I

Toda la obra que he realizado ha sido una búsqueda artística persistente en el contexto cultural chi...

Libros

Apuntes autobiográficos

Sin duda la aparición de Apuntes autobiográficos y algunos poemas, de Robert Lowell (mayo de 2013) e...

Arquetipos

Jessica Atal nació en Santiago, en 1964. Con anterioridad ha publicado Variaciones en azul profundo ...

Adivinación

Mauricio Rosenmann Taub es sin duda un poeta de culto. Nacido en Santiago, en 1932, estudió composic...

Paisajes en Movimiento

Sergio Holas Véliz nació en Valparaíso, en 1956. Es profesor y Magister en Literaturas Hispánicas po...